Cada vez que Newell’s juega como visitante, es una función más de un ciclo de cine de terror. Salir fuera de casa termina convirtiéndose en un suplicio para el rojinegro, que en todo 2018 todavía no supo cómo lograr sumar de a tres puntos en esa condición.

Si hay una virtud que ha tenido Omar De Felippe desde que se hizo cargo del equipo, es la de cambiar por completo la mentalidad de un plantel que venía con un importante bajón anímico y la confianza por el suelo. Poco a poco, la Lepra recuperó el funcionamiento como local, pero todavía sigue siendo un club totalmente distinto cuando se aleja de Rosario.

Hoy a Godoy Cruz, como a Vélez en el primer encuentro, le alcanzó con lo justo y necesario para sacarle dos goles de ventaja a los rosarinos. De hecho, hasta el primer tanto mendocino (golazo), los locales no habían pateado al arco.

Sin embargo, cada vez que Newell’s juega como visitante termina jugando contra dos equipos, y fue el propio Newell’s quien le terminó dando la vida y la gloria a su rival, en un momento en donde no estaba haciendo mal las cosas.

Primero, lo perdonó increíblemente cuando Héctor Fértoli definió sin mirar al arco ante la humanidad de Roberto Ramírez, tras un pase impecable de Víctor Figueroa que dejó al volante mano a mano. Después, una mala salida entre Juan Sills y Hernán Bernardello le terminó cediendo la pelota para que Santiago García defina contra el palo.

Pese al duro golpe, el partido creció en intensidad y continuó siendo de ida y vuelta, pero Newell’s continuó errando goles increíbles en ataque y complicándose la vida a la hora de defender. El segundo gol, una vez más a través de la pelota parada, fue el cachetazo final para un equipo que siguió intentando, pero cada vez con menos fuerzas. El descuento de Luís Leal, tras una peinada de Alfio Oviedo, fue un consuelo inútil para el rojinegro.

Cabe destacar la actuación de Mariano Bíttolo por el andarivel izquierdo, cumpliendo una buena labor tanto como volante como de lateral, y los intentos en ataque de Víctor Figueroa, aunque fueron muy intermitentes.

Newell’s necesita mejorar urgentemente su eficacia en pases en la zona media de la cancha, su confianza a la hora de jugar como visitante y reducir considerablemente la cantidad de errores innecesarios por partido que comete. A veces, incluso, cuesta más entender cuando se pierde por mérito propio que por responsabilidad pura de un buen rival.

La Lepra tiene como objetivo crítico sumar de a tres en cada uno de sus compromisos como local, pero necesita mejorar con urgencia su rendimiento fuera de casa, ya que la tabla no perdona y tampoco tiene paciencia. Hoy mejoró lo visto frente a Vélez, pero todavía queda mucho por trabajar.