El volante rosarino de la selección argentina, Angel Di María, le concedió una entrevista a una cadena televisiva internacional dónde se refirió a su amor por Central, su presente en la Albiceleste junto a Messi y su relación con Maradona.

Fideo fue contundente cuando le preguntaron sobre el final de su carrera deportiva: «Central está siempre presente, quiere ir en el momento más deseado, mi deseo es retirarme en Central, no es solamente retirarme sino ir cuando todavía esté bien y darle todo en plenitud. En mi cabeza siempre está Central, tengo todo en Rosario, uno se va adaptando a su vida y a su familia, el tema de la inseguridad en Rosario te da miedo, pero el corazón tira mucho y por eso siempre está en la cabeza de uno».

«Me pone contento por el buen presente de Central con ellos (Vecchio, Kily González), y la felicidad por Marco Ruben, por haber superado el récord de goles con tantos años vistiendo la camiseta de Central, además de haber compartido vestuario con él, por la calidad de persona que es, concluyó.

Sobre el astro argentino, Lionel Messi, el volante del PSG afirmó: «Este pibe está demente, siete balones de oro es una locura, y los otros balones también eran para él, es diferente al resto, hace cosas en el entrenamiento que no se pueden creer, uno de mis sueños era jugar con él, y cuando salió todo que viniera al PSG fue lo mejor que me pasó».

Di María también se refirió a su relación con el combinado nacional: «Haber hecho ese gol me cambió la vida, tanto sufrimiento que pasé junto a mi familia, que me veían llorar y sufrir, que haya un cambio brutal, con la gente que te decía gracias por todo lo que pasó, sinceramente es algo inolvidable. Sigo pensando que es un sueño que se hizo realidad después de tanto sufrimiento».

«Las cosas que me pasaron en momentos claves, con tantas críticas que se decían, son cosas del fútbol, pude hablar con sicólogo y cosas que me pasaron porque me tenían que pasar, nunca bajé los brazos y se terminó dando», dijo.

Fideo también habló de Maradona: «Cuando me enteré de la muerte de Diego creí que era mentira, me puse muy triste. El mundial del 2010, Diego era como mi papá, se me sentaba en la cama a contarme cosas del Napoli, como si me conociera de toda la vida, era todo, antes y después de esto».