Por Pablo Martínez 

Newell’s perdió el rumbo inicial y el DT Sanguinetti no puede encontrarle la vuelta para que su equipo vuelva a exhibir la solidez de las primeras jornadas de la Liga. Lo más preocupante del Rojinegro es que perdió uno de los puntos más fuertes: la firmeza defensiva, ahora es vulnerable y sigue sin convencer en su juego ofensivo.

Ya son 6 partidos que no puede ganar y tres derrotas al hilo que complican el panorama. Si bien es cierto que en los últimos partidos nunca fue superado por el rival, tampoco hizo lo necesario para quedarse con la victoria.

Esta noche en Tucumán, en un partido ordinario en líneas generales, fue dominante pero sigue tener peso en los metros finales, no encuentra a Juanchón García, dejó de tener sorpresa por los costados y todo se le hace cuesta arriba.

Newell’s era un equipo expeditivo, de pegar primero y cerrar el resultado, pero ahora luce apurado, desesperado por convertir pero con pocos argumentos suficientes. En el primer tiempo, Pablo Pérez intentó ser el conductor pero no tuvo demasiada continuidad y tanto Sordo como Panchito González, no gravitaron.

Encima, el líder de la Liga no lo atacó demasiado, pero cuando llegaba lastimaba porque el conjunto rosarino empezó a exhibir grietas defensivas.

En el tanto del dueño de casa, Ruiz Rodríguez superó dos veces consecutivas a Luciano y Ditta, sirvió el centro y Carrera definió sin marca alguna, con una reacción limitada del golero Herrera.

Del Newell’s sólido y convincente, el Rojinegro pasó a ser un equipo timorato y vulnerable, no caben que dudas que necesita un cambio profundo, desde lo futbolístico y también en lo anímico, la ansiedad por convertir le juega en contra y le cuesta demasiado levantar un resultado adverso.

Se viene el partido por Copa Argentina, y la Lepra lo tiene que jugar como una final, para recuperar identidad y salir de un pozo futbolístico que no esperaba caer.