Por Santiago A. Fraga

En un momento trascendental del campeonato, Newell’s Old Boys regaló tres puntos que pueden llegar a ser decisivos en un partido donde las desinteligencias pesaron más frente a un San Lorenzo que llegaba a este encuentro en decaída y con una crisis deportiva e institucional sobre sus hombros.

Si algo caracterizó este gran torneo de la Lepra y a este equipo de Javier Sanguinetti fue la solidez defensiva, demostrada con excelencia incluso en el último encuentro ante el líder Racing, pero esta noche fueron precisamente errores defensivos los que propiciaron el mal resultado, en combinación con una fuerte ineficiencia para generar tiros al arco, aún teniendo un dominio casi total de la pelota y contando con llegadas constantes al área rival.

Con una rotación obligada, en parte por el cansancio acumulado y en parte por un cuadro de gripe que ya desde antes del partido frente a Racing empezó a afectar a varios integrantes del plantel -técnico incluido-, Newell’s salió a la cancha este miércoles con una disposición inusual, que durante la mayor parte del partido se interpretó como un 4-2-4 con Djorkaeff Reasco y Nazareno Funez como delanteros bien definidos y Justo Giani y Francisco González por los costados.

Por detrás, Julián Fernández tomó las riendas de ser la pata defensiva del mediocampo y Pablo Pérez se adueñó del círculo central, oscilando su labor entre defensa y ataque pero consolidándose como la pieza clave en el armado de juego rojinegro.

El plan a Javier Sanguinetti al principio no le había funcionado mal, ya que la Lepra dominaba la posesión y San Lorenzo pasaba más de una complicación para poder contener las subidas de Leonel Vangioni y Armando Méndez.

Sin embargo, sobre los 21’ de la primera parte, la Lepra de forma insólita se pondría abajo en el marcador, en lo que había sido el primer tiro al arco del equipo visitante.

En una jugada marcada por desinteligencias y por una ocasional salvada de Willer Ditta, Agustín Martegani terminó recibiendo en soledad un centro sin marca de Ezequiel Cerutti, con posterior desvío de Nicolás Fernández, para definir contra el palo de Iván Arboleda, que llegó a tocar la pelota pero no pudo desviarla de su destino de gol. Una jugada en la que no marcó nadie, no presionó nadie y nadie se enteró de lo que había ocurrido.

Como dato, en los últimos cuatro partidos como local a Newell’s le habían convertido un solo gol, y la única vez que le hicieron más de 1 en el torneo había sido en la tercera fecha frente a River, con Arboleda como arquero.

El propio tanto se encargó de atentar contra la intensidad de Newell’s, que tenía en frente a un equipo que ahora podía consolidar más firmemente su intención defensiva, sobrecargando de jugadores aquellas áreas sensibles en donde la Lepra había mostrado que podía llegar a hacer daño.

A partir de allí, y con un buen porcentaje de tenencia de pelota mediante, comenzaría el festival de centros sin destino del rojinegro, asediando permanentemente por los costados pero sin jamás poder encontrar a Funez, ni a Reasco, ni a ningún atacante eventual.

Con esta lectura del primer tiempo, Javier Sanguinetti dispuso que temprano en el complemento ingresen Juan Garro -generalmente de buen juego aéreo, para mostrarse como referencia de área en reemplazo de un Funez de partido intrascendente- y Nicolás Castro -para disponer de más opciones que los centros, apostando a algún pase en profundidad o, especialmente, un remate desde afuera, ingresando por un Pérez recién amonestado-.

El otro punto a corregir tendría que haber sido el de Justo Giani, quien no se reconoce jugando como extremo -en Quilmes era 10- y encima es un jugador propenso a faltas tontas y a recibir amonestaciones (seis en nueve partidos en el torneo).

Sin embargo, antes de que pudiera hacer cualquier otra modificación, una nueva desinteligencia defensiva y un error en conjunto entre Francisco González y Castro terminaron derivando en que la pelota le quede redonda a Federico Gattoni, para que desde el borde del área acomode su remate a la perfección y marque así el 2 a 0, cuando el reloj señalaba 15’ de la segunda parte.

Recién una jugada después Sanguinetti metería mano en el equipo, haciendo debutar al delantero Genaro Rossi en lugar del ecuatoriano Reasco, de poca participación en ataque.

Minutos después de esta última variante, Newell’s lograría llegar al descuento con una jugada que ya había avisado poco antes, con Cristian Lema como destinatario de un centro de tiro libre, ejecutado en esta ocasión por González.

A la alegría, sin embargo, no le faltaría suspenso, ya que Darío Herrera y los árbitros del VAR se tomaron un considerable tiempo para decidir sobre la participación de Giani (estaba en offside, pero no tocó la pelota en el trayecto entre el cabezazo de Lema y la red). Cuando finalmente dieron el gol, se produjo una explosión anímica tremenda en el Coloso, con un estadio que se venía abajo y siendo esa la única forma de poder levantar a un equipo muy golpeado por el segundo tanto del visitante.

No obstante, ni siquiera esa inyección del público sirvió para que los centros de Newell’s cayeran en la cabeza de algún delantero, y por eso el local terminó el partido con solamente 2 tiros efectivos al arco en un encuentro donde tuvo 16 remates totales y un 71% de posesión de pelota.

De esta manera, el rojinegro se despidió de su gente con un muy mal resultado, que lo deja necesariamente expectante de lo que ocurra este fin de semana con sus rivales directos (Sarmiento con 21 puntos recibe a River con 23 el sábado; Argentinos Juniors con 21 visita el lunes a Platense; y Defensa y Justicia con 19 visita a Unión el mismo día).

Estos partidos, sumados a los de la última fecha en donde la Lepra visitará a Gimnasia y Esgrima de La Plata, serán los que determinen cuáles serán los cuatro clasificados a la fase final en la Zona A, la más reñida en esta Copa de la Liga 2022.