Por Pablo Martínez

Newell’s volvió a reencontrarse con la victoria en San Nicolás, tuvo un primer tiempo con groseros errores defensivos que pagó caro pero en el complemento justificó el resultado a partir de un rendimiento convincente, que sirve para cortar la racha negativa, llevarse el pasaje a la siguiente ronda de la Copa Argentina y renovar el ánimo de un plantel que venía de capa caída.

Esta noche, el partido con Aldosivi no era un partido más, era decisivo para el futuro de Sanguinetti, porque quedar en el camino del certamen nacional, ante un rival que presentaba mayoría de suplentes, hacía insostenible el ciclo del Archu. Y el equipo lo respaldó dentro de la cancha, quiso ser protagonista en todo momento, fue contundente y se quedó con una victoria imperiosa.

También es cierto que repitió errores muy groseros en el fondo, pero reaccionó a tiempo y si bien se fue el descanso con la bronca del empate 2-2, en el complemento fue superior al rival y tuvo poder de fuego en el área marplatense.

No caben dudas que el equipo necesita mejorar en el retroceso defensivo, pero esta noche la Lepra exhibió voluntad ofensiva para lastimar al Tiburón y llegó con asiduidad al arco de Ingolotti.

Los partidos coperos hay que ganarlos, muchas veces no se toma en cuenta la forma, porque un rival inferior puede condicionar al superior y complicarle el futuro. Newell’s se paró con autoridad desde el vamos, aprovechó el sector izquierdo con Sordo pero carecía de efectividad, hasta que llegó la sorpresa, la defensa Rojinegra mal parada y Martínez lo aprovechaba para Aldosivi.

Después el amor propio floreció, y con goles de Balzi y Garro, la Lepra daba vuelta el marcador, pero volvió a dormirse atrás y Tobares empató el marcador.

En el complemento, el elenco de Sanguinetti cerró el partido, lo fue a buscar con todo y así, nuevamente Garro y Lema de penal, sentenciaron la serie, con algún que otro sobresalto, y con un Herrera más seguro en el arco.

Newell’s necesitaba ganar y lo hizo, quizás no haya sido rotundo o categórico en el rendimiento durante los 90 minutos, pero esta victoria cotiza para el mundo Leproso, porque detuvo la caída libre, venía de tres derrotas consecutivas y necesitaba con urgencia una reacción, levantarse del piso y recuperar la confianza que había perdido.

Hay mucho trabajo por delante, el equipo volvió a ser competitivo, pagó caro los errores en el primer tiempo, fue más ordenado en el segundo y se trajo un triunfo, que cotiza en lo anímico y mira el horizonte con mayor esperanza.