Por Osvaldo La Spina

Se viene el clásico que todos esperan. El domingo a las 15 en el Coloso Marcelo Bielsa del Parque Independencia y con arbitraje de Néstor Pitana estarán cara a cara, por 164ª vez, Newell’s y Central.

El folclore, las conjeturas, los anuncios, las estadísticas y las cargadas antes y después del resultado final preanuncian otro gran clásico rosarino. Ambos elencos jugaron 163 partidos; Newell’s ganó en 42 oportunidades y anotó en su historial 178 goles en total. Central se impuso 48 veces y convirtió 197 tantos. Ambos empataron 73 veces.

Conclusión vive la previa de manera especial. Y eligió a ex jugadores para rememorar viejos clásicos y anécdotas vinculadas a la gran fiesta de la ciudad. En esta ocasión, Sergio Giovagnoli, de 53 años, jugador de la Lepra en los años 80; y Daniel Killer, de 65 años y con trayectoria en ambas instituciones pero con mayor recuerdo en el Canalla, dialogaron con Conclusión.

«Algunos de los compañeros de la época en donde yo jugaba eran el Tolo Gallego, Cucurucho Santamaría, Chirola Yazalde, Daniel Killer, el Tata Martino… grandes figuras», destacó Giovagnoli.

El fútbol de hoy es de mucho roce físico y de menos técnica. «Es lo que no me gusta», aclaró el ex jugador rojinegro. «A mayor ritmo se necesita mejor calidad de jugadores. Antes, los equipos de fútbol buscaban proponer más juego colectivo y calidad. Hoy es en base a táctica y muy difícil que jueguen más tiempo juntos. El éxodo de futbolistas es constante, entonces no es fácil poder armar y formar un grupo», expresó.

Con sus 65 años y con una trayectoria canalla muy activa, otro referente emblemático de los clásicos rosarinos fue Daniel Killer.

El ex jugador recordó anécdotas. «Lo mejor que me dio el fútbol fue la cantidad de amistades de todos los equipos. Pasé por muchos equipos, pero el mejor momento fue cuando en Central jugaban Biasutto, Pascutini, Aimar, Solari, Poy, Bóveda, Cabral, Kempes y mi hermano Mario», contó.

«Jugué en Racing, Vélez y Newell’s, algo que nunca me lo perdonaron, pero esto es profesional y es así», dijo el recordado Caballo a la hora de rememorar su pasado como futbolista.

También fue integrante del seleccionado argentino campeón en el Mundial 78. Pasó por varios equipos más de primera división. Marcando hombre, en su momento fue considerado uno de los mejores stoppers del fútbol argentino. «Me transformaba, era muy responsable del juego y lo cumplía al pie de la letra», continuó Killer.

«Una vez en uno de los tantos clásicos, tenía que marcar a Giachello, un jugador muy morrudo, era un tanque… siempre me mandaban a mí a marcar al jugador mas difícil del equipo contrario», destacó Daniel, y agregó: «Le hice una tijera, lo mandé al piso y me empezó a gritar. Entonces le dije ‘levantate pedazo de falopero y desde el suelo me pregunta: ‘¿ y vos que tomás?’ Yo café con leche». Quedó para la historia y después como siempre terminamos siendo amigos», concluyó el histórico número seis auriazul.