El capitán de la selección argentina, el hooker Agustín Creevy, cuyo equipo se clasificó para semifinales del Mundial de rugby, al derrotar este domingo a Irlanda en Cardiff (43-20), en un gran partido, mostró su felicidad, y quiso compartir el éxito con mucha gente.

«Se siente una gran felicidad. No sé cómo explicarlo. Se llevaba esperando mucho tiempo un momento así y todavía no caigo. Es un sueño para mí. Llevábamos mucho trabajando, pero no somos solo los jugadores. Hay un staff que estudia muchas cosas toda la semana, el equipo médico. Los chicos que quedaron fuera. Es de todos. Es del rugby argentino. El crecimiento que tuvimos es notorio», señaló.

Pese a ese crecimiento, Creevy advirtió que a los Pumas les falta todavía para llegar al nivel de los All Blacks neozelandeses.

«Creo que todavía no estamos a la altura de los mejores. Estamos mejorando nuestro nivel, pero todavía no creo que estemos a la altura. Se nos dio en este partido, que jugamos bien al rugby, pero nos falta muchísimo», afirmó.

«Este equipo tiene mucho para dar, vamos camino a eso y nos vamos a esforzar porque este equipo no tiene techo», añadió.

Creevy no sabía cómo expresar la felicidad por el logro del equipo de alcanzar las semifinales por segunda vez en su historia, después del tercer puesto en 2007.

Nervios en el banco

«Ya con el try de Juan Imhoff (el cuarto del equipo al final del partido), nos relajamos un poco. Yo ya había sido sustituido y estando fuera lo sufrí más que los que estaban adentro. Con ese try nos pusimos más tranquilos», indicó.

El capitán no se podía imaginar que Argentina lograra más de 40 puntos en un partido contra Irlanda de cuartos de final, un día después del 62-13 de Nueva Zelanda a Francia.

«Ayer, mirando a los All Blacks, pensé en cuándo nosotros podríamos ganar por esa diferencia y por suerte fue hoy», explicó.

El exfutbolista Diego Maradona, que vio en Leicester el partido de la primera fase de los Pumas contra Tonga, prometió que regresaría al Mundial si Argentina llegaba a semifinales.

«Cualquiera que venga será bienvenido, siempre que nos apoye, sea el que sea, nos alegraremos mucho. Lo prometió. Veremos si viene, pero no sé qué va a pasar», indicó.

Creevy dejó en la segunda parte su puesto a Julián Montoya, que entró en el minuto 55.

«Salí porque estaba bastante dolorido. No sé lo que tengo. No podía correr más. Estaba con una sola pierna. Desde el banquillo lo vivimos con muchos nervios. Cuando hicimos los dos últimos tries al final del partido y a jugar fue un sueño», concluyó.