Rosario Central continúa estancado. Desde hace un tiempo entró en un camino de incertidumbre del que le cuesta avanzar, dar pasos firmes, recuperar confianza. Al margen de los números, perdió fuerza y consistencia como equipo, y eso lo llevó a dejar de sostener lo que era una fortaleza tiempo atrás, hacerse fuerte en su terreno. Esta noche enfrentó a un buen conjunto y al menos sostuvo el invicto, si se quiere buscar lo positivo.

Al Canalla le costó horrores el primer tiempo. No hizo pie en ningún sector del campo, y  a partir de eso pasó a depender de lo que hiciera su rival. Costó entender la apuesta de Miguel Ángel Russo de colocar a Fabricio Oviedo (delantero centro) en el puesto de volante derecho, ante la ausencia de Lautaro Giaccone. Su equipo careció de casi todo, tuvo actitud, pero ello es insuficiente contra equipos mejor preparados.

El 4-2-3-1 de Central, táctica habitual dispuesta por el entrenador cuando juega de local, perdió fuerza ante las ideas claras de Estudiantes, que con un 5-3-2 clásico ganó el duelo en la mitad (notoria superioridad de Corcho Rodríguez, Ascacibar y Zuqui, que decidían a su antojo) y se mostró solido en su andar. Así, Quintana y Mallo, si bien ganaron duelos, tuvieron difícil la tarea de controlar al insoportable Carrillo, que con inteligencia logró incomodarlos.

El juego canalla no fluyó, y por ello las situaciones de gol fueron escasas, salvo un zurdazo de Campaz y un cabezazo de Mallo que fueron contenidos por Andújar. En la otra vereda, el Pincha dispuso de una ocasión clarísima a partir de una combinación entre Mancuso, Ascacibar y Zuqui que incluyó un remate de cabeza de este último en el área chica que increíblemente salió desviado.

Damián Martínez y Coyote Rodríguez consolidaron su flojo presente, con dificultades para la marca y subidas improductivas, Ortíz y Mac Allister bien con el balón pero inofensivos de tres cuartos hacia adelante,  Malcorra y Campaz estuvieron desconectados, como sucede hace tiempo, Oviedo haciendo lo que pudo, sacrificado en esa posición, Veliz contenido por los centrales platense. Muy difícil todo. El malestar y la impaciencia de la gente se hizo sentir.

En el complemento, Central lo fue a buscar como pudo, negado a resignarse con sumar solo un punto. O’ Connor, Infantino y Bianchi ingresaron para intentar aportar algo más anta la anemia ofensiva. Sin ideas pero con empuje, el Canalla arrimó. De hecho, pudo haber abierto el marcador en los minutos iniciales, pero Andújar le adivinó el remate de zurda a Malcorra y sostuvo la igualdad en el trámite.

El conjunto auriazul dispuso de algunas situaciones más nítidas, como remates de media distancia Campaz y la última que le quedó a Véliz tras una buena habilitación del colombiano, también contenida por el uno pincharrata, que redondeó una noche impecable. Abajo solo un zurdazo de Zuqui en la puerta del área fue lo más peligroso de la visita. ya sin sufrir. Siempre el común denominador fue la falta de claridad.

Así, las ganas fueron insuficientes para volver a hacerse fuerte en casa. Si algo quedó evidenciado en estas últimas cuatro fechas es el escaso recambio con el que cuenta el Canalla. Si alguna de las piezas claves en el andamiaje se lesiona o baja su nivel, la estructura se resiente y no hay nadie que pueda hacer algo distinto, atrás vienen jugadores con escasa jerarquía y pibes que tienen poco vuelo en Primera todavía, que tienen que seguir formándose.

El desafío hasta el final del campeonato pasará por sumar la mayor cantidad de puntos posibles y tratar de sostenerse en puestos de copas internacionales. El próximo compromiso, también en Arroyito, ante un débil oponente, será clave para recuperar la sonrisa y volver a amigarse con el funcionamiento, ese que en un momento del torneo lo acompañó y ahora lo esquiva a cada momento. A seguir trabajando.