A Newell’s no le dio la nafta, y preocupa. Con muy poco, Atlético Tucumán se llevó tres puntos del Coloso del Parque y dejó a la Lepra en una situación muy complicada de cara al futuro.

Sabiendo de antemano que cuenta con un plantel muy corto, y que como visitante es el equipo que más perdió en la Superliga, ganar los partidos de local es una obligación para Omar De Felippe. De eso dependerá la comodidad o no del equipo en el torneo, y ni siquiera estamos hablando de pelear el campeonato.

Este lunes, Newell’s volvió a mostrar en un mismo partido dos caras completamente distintas. Lo malo es que la positiva dura cada vez menos.

Durante los primeros 20 minutos, Atlético Tucumán le cedió la pelota al rojinegro y el local agradeció sabiendo generar peligro a través de un buen traslado en el mediocampo y buenas conexiones.

Sin embargo, aún en el mejor momento leproso quedó en evidencia una de las mayores falencias que tiene este equipo. La salida desde abajo le costó horrores a los de De Felippe, cosa que podría ser algo menor sino fuera porque en el mediocampo ni Hernán Bernardello ni Braian Rivero son garantía tampoco con sus pases (y de hecho, son totalmente lo contrario).

Complicado para salir en defensa, complicado para cruzar líneas en el medio y complicado para recibir la pelota arriba. El paso del tiempo fue evidenciando cada vez más las limitaciones técnicas de este equipo.

El gol de Mauro Formica, tras un penal claro de Bruno Bianchi, encendió una pequeña luz de esperanza. Atlético Tucumán es un equipo que aunque más aguerrido no es menos limitado que Newell’s y era la Lepra quien tenía el control de las acciones.

No obstante, a los rivales no les suele costar demasiado generarle peligro al equipo rojinegro cuando se lo proponen. Nelson Ibáñez resultó una pieza clave con su seguridad a lo largo del encuentro, pero el Decano encontró dos goles imposibles para el guardameta al romper con la defensa con pases precisos. Exactamente lo que el local quiso (o debió) pero no pudo hacer.

Así como lo colectivo fue de mayor a menor también lo fue lo individual, y lo que empezó siendo un gran partido de jugadores como Luís Leal terminó quedando a tono con la totalidad de sus compañeros. La única excepción, el único que pudo mantener su nivel durante los 90 minutos, fue Formica.

El enganche continúa dando demostraciones de su calidad, aunque se lo nota en demasiada soledad y eso es algo sobre lo que De Felippe deberá trabajar bastante.

En el marco de un torneo que parece largo pero es muy corto (ya pasaron 4 de 25 fechas), Newell’s ya se quedó sin tiempo y necesita comenzar a sumar de a tres puntos de manera urgente. A la Lepra no le quedan demasiados intentos para encontrar el equipo.