Por Enrique Genovar

En los papeles el rival tenía más experiencia y llegaba como favotiro. Es que varios de los que jugaron en la Lepra ya tuvieron su bautismo en Primera. Pero en la cancha la cosa fue pareja. Fue de igual a igual y el cero terminó siendo justo. Los juveniles, o ya no tanto, de Central jugaron cómo se debe jugar un partido Clásico: con mucha garra.

Por momentos se les hizo cuesta arriba. Pero más allá de algunos sofocones, el equipo de Leo Fernández se llevó un punto importante en cancha de Newell’s y espera la vuelta en el Gigante para ver si clasificará o no a la próxima instancia de la Copa.

Central tuvo mayoría de aprobados en cuanto a rendimientos individuales. Pero con el atenuante de haber jugado un tiempo entero en inferioridad numérica, lo más destacable fue que el Canalla fue un verdadero equipo.

Cada jugador mostró saber con certezas qué tenía que hacer en la cancha. Algunos jugaron mejor que otro, pero lo positivo fue que no hubo malos rendimientos en los más de noventa minutos que duró el primer chico de la serie que se disputó en el Marcelo Bielsa.

Seguramente una de las cuestiones positivas que tiene este equipo de reserva, a pesar de su juventud, es que la mayoría de los jugadores son categoría 96 y vienen jugando desde hace tiempo juntos. Es más hace ya un tiempo hasta consiguieron un título en inferiores de AFA.

El equipo de Fernández demostró personalidad y jugó con mucha garra. Actitud que le permitió emparejar en la cancha un partido que en los papeles lo tenía por debajo de su rival.