Por Santiago Fraga

Queda mucho por trabajar y poco tiempo para hacerlo, si es que existe la aspiración de pelear por esta competencia. Newell’s Old Boys sufrió este domingo una dura derrota por 2 a 0 en manos de Boca Juniors y comprometió seriamente sus chances de pasar a la Zona Campeonato de la Copa de la Liga Profesional.

De mayor a menor, Newell’s comenzó mostrando algunas mejoras tácticas sustanciales con respecto a la derrota ante Talleres, pero terminó pagando caro la profundización de falencias preexistentes.

Desde el minuto cero, la Lepra comenzó presionando intensamente arriba, sin permitir que Boca cuente con una salida limpia (vía de construcción de uno de los goles de la ‘T’ el pasado fin de semana) y sumándole a esto una forma de disputar la pelota más agresiva, principalmente demostrada por Aníbal Moreno.

Al mismo tiempo, con Maxi Rodríguez como eje transversal del ataque, los de Frank Kudelka apostaron por un juego de toque corto, apoyándose en las proyecciones de los laterales (otro aspecto que había fallado), lo que le permitió a Ángelo Gabrielli afirmarse como uno de los mejores jugadores del local. Esta mejora táctica, por momentos, se vio opacada por una gran imprecisión generalizada a la hora de los centros.

En contraposición, sigue fallando la rotación entre los tres hombres de arriba, algo clave en el juego habitual leproso. Hoy, Ignacio Scocco jugó todo el primer tiempo clavado en el sector izquierdo, perdiendo explosión por esa zona y generando los problemas que conlleva no tener al goleador en el área. En el segundo, tanto él como Maxi sobrepoblaron la zona media, generando una descompensación permanente y síntomas de incomodidad notables en ambos.

Pero principalmente, todas las mejorías de Newell’s se vieron empañadas con el contrapeso generado por dos carencias fundamentales. Por un lado, el bajo rendimiento de Pablo Pérez, un jugador clave para el esquema que en este regreso se lo notó muy errático en los pases y lento en la toma de decisiones, sumado a algunos cruces a destiempo que terminaron decantando en una amonestación. A raíz de un mal pase del mediocampista es que terminó generándose el gol de Carlos Tévez.

Por otro, la ausencia de Cristian Lema todavía sigue sintiéndose de sobremanera en el rojinegro. Si Fabricio Fontanini no había logrado suplir lo que brindaba ‘el Sicario’, Manuel Guanini se encuentra aún más lejos. Su principal falencia es mostrarse dubitativo, cosa que, por ejemplo, terminó ocasionando que Tévez tenga un cabezazo en el área solo (atajadón de Alan Aguerre) y luego la jugada en la que el ‘1’ leproso terminaría saliendo lesionado. Si a esto se le suman los fallos o que por momentos suele tener Santiago Gentiletti, se instala una sensación de inseguridad constante. Una expectativa sobre el error.

Por el lado del visitante, los colombianos del equipo demuestran ser pilares fundamentales. Mientras Frank Fabra es uno de los mejores laterales del país, la velocidad del indultado Sebastián Villa es un problema permanente para cualquier defensa y la elegancia de Edwin Cardona le otorga a Boca el toque de lucidez necesario para hacer brillar a sus estrellas (para lo que es clave el trabajo detrás de Jorman Campuzano y Nicolás Capaldo). Si a eso se le suma la presencia de Carlos Tévez y la solidez de sus defensores, es un equipo al que no hay con qué darle.

El segundo tiempo en el estadio Marcelo Bielsa terminó por echar por tierra cualquier ilusión de empate. Si bien la Lepra tuvo algunos acercamientos en el inicio, jamás logró llegar con claridad y comenzó a ceder espacios que los xeneizes aprovechaban en velocidad. Los cambios de Kudelka tardaron demasiado en llegar y el 2 a 0 de pelota parada fue el certificado de defunción del partido. A partir de allí, todo fue un concierto de Boca Juniors, que si no fuera por una gran actuación de Ramiro Macagno y por mala fortuna, podría haber firmado una goleada.

Párrafo aparte para el arbitraje del siempre polémico Mauro Vigliano. Si bien el resultado fue claro para la visita, el referí obvió cobrar un claro penal para Newell’s por una mano de Campuzano y una tarjeta roja a Fabra por un codazo sobre Gabrielli, además de una buena serie de errores menores que generaron fastidio e impotencia en los jugadores.

De cara al futuro, Newell’s aún debe aceitar algunos engranajes claves, pero no tiene tiempo para hacerlo. Si bien ya de entrada se sabía que el sorteo le había deparado a la Lepra el grupo más complicado, los errores que comete el rojinegro no son forzados y necesita trabajar mucho para revertirlos cuanto antes, al tiempo que la mirada también comienza a centrarse en los referentes.

Un mal resultado ante Lanús condenaría definitivamente las chances del equipo de Frank Kudelka en esta copa, aunque se sepa que también todo esto es la antesala de meses de intensa competencia entre torneo local, Copa Argentina y Copa Sudamericana. ¿Llegará Newell’s preparado?.