Por Santiago Fraga

Hoy a Newell’s le salieron todas, y las que no le salieron las volvió a intentar. Omar De Felippe en su primera conferencia de prensa hizo hincapié en que cambiar el chip y levantar el ánimo del equipo era lo fundamental para la recuperación del plantel, y por lo menos en este encuentro la diferencia quedó más que marcada.

Este lunes, cuando Joaquín Torres encaró por primera vez al tres sanjuanino y la perdió, no agachó la cabeza. Volvió a encender la locomotora, pisó el área y con un cabezazo (justo él, el más pequeño) puso el uno a cero cuando iban tan solo dos minutos de partido, tras una espléndida jugada y centro de Héctor Fértoli. A la jugada siguiente volvió a encarar, gambeteó a su marca y puso en peligro nuevamente el arco rival, provocando la reacción del arquero.

Esta vez, cuando Newell’s quiso avanzar jugando y regaló la pelota, no se quedó sin reacción. La Lepra insistió y en más de un pasaje encontró respuestas a la demanda de pases de Braian Rivero, Brian Sarmiento, Fértoli, Torres y Luís Leal. Cuando la perdió, también presionó alto, sin darle lugar al visitante de acomodarse. Así, más de una vez logró quedar mano a mano con Luis Ardente, quien fue el gran responsable de que San Martín no se vaya a San Juan con una goleada en contra, como lo que había sido el último duelo entre ambos el torneo pasado.

Este partido, se vio un Newell’s con otra mentalidad. Bruno Bianchi se mostró más confiado y realizó varios cortes claves cuando el partido todavía estaba abierto; Fernando Evangelista se mandó más armado al ataque a encontrarse con un intenso Fértoli; Hernán Bernardello no tuvo que correr como loco de una punta a la otra de la cancha y se consolidó como hace mucho no se veía a un cinco en el rojinegro; Sarmiento demostró ritmo y pudo por momentos ponerse la camiseta de armador; y Nelson Ibáñez casi ni tuvo oportunidades de moverse, siendo igualmente la voz mandante en el área cuando el equipo lo necesitó.

Otra de las claves de la defensa leprosa fue que redujo considerablemente la cantidad de faltas en 3/4 de campo que cometía a los equipos rivales, vía mediante la cual le terminaron cometiendo la mayoría de los goles en contra que tuvo en la etapa Llop.

El segundo tiempo, pese a que la visita llegó más, casi que estuvo de regalo; sólo para que Ardente siguiera acrecentando su puntaje en el diario del martes y la estadística final diga que el local tuvo 10 tiros al arco contra 0 de su rival (23-15 en tiros totales).

Como hace mucho no pasaba, Newell’s consiguió en la primera etapa una diferencia de dos goles que le permitiría irse al descanso con la tranquilidad de saberse superiores. De no haber sufrido sobresaltos. Tal fue esa calma para De Felippe que realizó la primera sustitución del equipo recién a los 34 minutos del complemento, cuando hizo ingresar a Víctor Figueroa en el pasaje del partido en donde el equipo más había perdido la posesión.

¿Es San Martín un buen parámetro para detectar de verdad un cambio sustancial en el juego de Newell’s? No se sabe aún. Por un lado, el verdinegro todavía no ganó ningún partido en el 2018, habiendo perdido todos los que disputó de visitante. Por el otro, anteriormente el rojinegro con rivales de similar fuste (por ej: Temperley) no había demostrado ni por casualidad un nivel correcto como el que mostró hoy.

Hay algo, sin embargo, que la Lepra debe tener en cuenta para partidos donde no cuente con tantas llegadas como esta noche, que es el dato de lo mucho que erró a la hora de definir. Si bien la actuación de Luis Ardente fue excelente, es cierto que en varias de las ocasiones los leprosos podrían haber mejorado un poco su puntería para dejar sin chances al arquero visitante. Dos goles para veintitrés remates es algo para estar alerta.

Newell’s venía necesitando un triunfo y al fin llegó. Ahora, la Lepra deberá seguir trabajando para poder conseguir el primer objetivo de 9 sobre 9 puntos que se planteó De Felippe, antes del duro tirón en donde enfrentará a rivales como Boca, Talleres e Independiente.