Por Fabrizio Turturici

Central volvió a ser una decepción, esta vez en el Gigante de Arroyito, donde empató sin goles contra Belgrano de Córdoba. De poco sirve analizar el juego si el equipo de Paulo Ferrari no pudo cumplir con lo único que tenía que lograr en la tarde del sábado: ganar; y hacerlo contra un rival directo para aliviar su angustiante situación en los promedios.

En cuanto al desarrollo y aprovechando las facilidades que otorgaba el rival para jugar, Central esbozó buenas intenciones en la generación de juego, gracias a los pases verticales de Gil y Ortigoza, pero aunque el camino parecía ser el indicado, siempre se quedaba en la puerta al equivocar la llave del gol, que parecía estar en las diagonales de un activo Herrera y en la llegada con peligro de ciertos volantes al área de Rigamonti.

Aunque a simple vista pudo verse un equipo más corto, tanto para la asociación ofensiva como para el retroceso, con un Rinaudo ubicado entre los centrales y un buen trabajo por los laterales, el pobre nivel de Belgrano no servía como una seria medida de comparación.

Central debería haber golpeado en la primera parte con el objetivo de hallar tranquilidad para desarrollar su fútbol, pero no tuvo capacidad goleadora y terminó perdiendo el poderío ofensivo por el desgaste físico. El público de Arroyito comenzó a impacientarse sobre el cierre de esa etapa, por lo que todo se veía revolucionado de cara al complemento.

El conjunto auriazul regresó sin modificaciones del vestuario, pese a algunos bajos rendimientos como los de Camacho y Aguirre. La necesidad de buscar el resultado lo hizo adelantarse en el campo de juego, y los ingresos de Vergara y Riaño por Ortigoza y Camacho le dieron más peso en las insinuaciones. Unos minutos más tarde, Zampedri entró por Herrera pero no pudo aportar demasiado.

Sin tantas ideas pero con voluntad, Central pudo contar con un puñado de situaciones a su favor, casi siempre en contragolpes donde Belgrano quedaba desguarnecido, aunque también pudo perderlo en algunas acciones aisladas.

En líneas generales, como se dijo al principio del comentario, de poco importan los análisis futbolísticos si Central no ganó y sigue complicándose en la zona roja. Era la oportunidad ideal para olvidarse de los días negros que venía viviendo, y no sólo no pudo hacerlo, sino que parece haberse perdido más en su laberinto cuyo final es anunciado…