Por Fabrizio Turturici

Cuatro fechas, tres derrotas y apenas un empate, marcan un preocupante arranque de Central en este torneo de la Liga Profesional de Fútbol, donde si bien ahora es opacado por su buen andar en la Copa Sudamericana, deberá revertir pensando en el futuro.

El inicio de las acciones en Arroyito estuvo marcado por la intensidad en el desarrollo y las rápidas transiciones de ambos lados, aunque el Tiburón estuvo más fino en tres cuartos de cancha con Gastón Lodico, figura y autor del doblete de la victoria.

El Canalla estaba largo en ataque al punto de que cada vez que algún jugador recibía la pelota, ningún compañero se le acercaba como opción de pase; y largo en defensa, con un flojo retroceso que fue constantemente vulnerado por los sectores laterales.

La peor noticia, minutos antes del gol sufrido, fue la salida de Gamba tras resentirse de su molestia muscular. En su lugar ingresó el uruguayo Zabala, pasando Marinelli a la delantera, pero nadie pudo hacerse cargo de la usina de fútbol que estaba faltando.

A la vuelta del vestuario se lanzó en busca del empate con más voluntades que ideas, pero los ingresos de Ferreyra y Martínez Dupuy por Lo Celso y Marinelli no cambiaron la ecuación y el penal no sancionado por Echenique terminó de desvirtuar el partido.

Aprovechando el desconcierto total en Arroyito, el goleador de la noche volvió a anotarse con un golazo y aseguró la victoria para Aldosivi, aunque Gastón Ávila maquilló el resultado para un Central que ahora deberá apuntar con todos sus cañones a la Copa.

Es cierto que fue condicionado por el arbitraje, pero de todas formas el rendimiento no apareció para los dirigidos por el Kily González, que sigue siendo Vecchio-dependiente y está dejando pasar el tren en el plano local, plano que significa nada menos que el futuro.