Por Fabrizio Turturici 

En el mejor momento posible por el clima de incertidumbre que lo rodeaba, Central se reencontró con su nivel en una noche copera que lo invita a soñar en grande, ya que superó ampliamente al Deportivo Táchira de Venezuela y aunque el ajustado marcador de 1 a 0 en el Gigante de Arroyito no lo demuestre, jamás tuvo inconvenientes para clasificarse a los cuartos de final de la Copa Sudamericana, donde se medirá con Bragantino de Brasil tras el 2 a 2 en la ida y el notable gol del capitán Emiliano Vecchio que marcó la diferencia en la vuelta.

La mejor noticia de todas para el Canalla, aparte de la clasificación, fue haber repetido el funcionamiento del semestre pasado gracias (principalmente) por un doble cinco que demostró ser insustituible: Ojeda y Vecchio. El primero destinado a realizar las coberturas defensivas y un buen trabajo en el posicionamiento, formando un triángulo corto con los zagueros. Y el segundo como motor de juego desde el eje de la cancha, manejando los hilos de un equipo que se desplegó muy bien por las bandas mediante Zabala y Ferreyra, dos que tuvieron también desgaste en el retroceso.

En defensa se mostró sólido y sin complicaciones, no solo por el constante apoyo de Ojeda sino también por la pasividad del rival, evidentemente acostumbrado al tránsito lento de su cancha y al juego aéreo con un jugador que fue figura en tierras venezolanas pero que hoy no estuvo por lesión, que es Maurice Cova. En cuanto a lo personal y cada vez que lo exigieron, Gastón Ávila respondió con solvencia en cada cruce y también manejó la salida de manera muy prolija.

Sin embargo, todos los flashes de la primera parte se los quedó el capitán Vecchio al coronar su actuación con un tremendo golazo para comenzar a sellar su pasaporte a la próxima ronda y salir a disputar el complemento con la tranquilidad del resultado. Por primera vez en estos tres partidos desde el reinicio del fútbol, el Kily se fue cómodo al vestuario del entretiempo sin tener que romperse la cabeza pensando en los cambios.

En esta segunda mitad se mantuvo el nivel arrollador del Canalla, avanzando con todas las libertades sobre el campo de Táchira, pero también se mantuvo la imprecisión de los últimos metros producto del apuro y la inexperiencia para definir. Es que se perdió reiteradas chances de liquidarlo en superioridad numérica, aunque es cierto que no contó con la presencia de sus dos delanteros titulares.

El equipo del Kily se metió entre los ocho mejores de este certamen y con la virtud de hacerlo tras un largo parate que se sintió en todos los clubes argentinos. La máxima conclusión que queda tras este triunfo es la de que el doble cinco titular no puede faltar, porque manteniendo esta base y ganando rodaje futbolístico y físico, Central está para competir contra cualquiera en esta Copa Sudamericana, aunque ahora le toca el difícil Bragantino, de muy buen nivel en la primera fase y también en el Brasileirao. La noche copera invita a soñar, ¿por qué no?