Por Enrique Genovar

Un buen partido de Central. El equipo de Eduardo Coudet dejó una buena imagen en La Bombonera. Las virtudes principales del Canalla fueron que se repuso rápidamente del gol de Boca, que en los primeros 20 del complemento manejó a su antojo la pelota y que jugó de igual a igual ante quien era el candidato para quedarse con el partido.

Para el análisis, en frío, quedó lo que hizo Teófilo Gutiérrez. El colombiano pasó del aplauso a los insultos en cinco minutos, pero lo que más le dolió a los hinchas canallas fue que el delantero se olvidó que camiseta estaba defendiendo y puso por encima su amor por River.

Pero en líneas generales Central dejó una buena imagen, la cual deberá ser agendada por el entrenador para potenciar las virtudes y corregir los errores de cara a la semifinal de la Copa.

También es cierto que en la última parte del capítulo inicial “ligó” y los fierros del arco que defendía Sosa despejaron tres veces la pelota.

Claro que hubo algo que falló y fue, otra vez, la zaga central en especial Dylan Gissi. El ex Montpellier de Francia fue responsable absoluto del gol de Boca tras una chambonada imperdonable para un jugador de Primera. Allí es el gran problema que tiene Central y que a pesar de los partidos que ya se jugaron en este semestre el cuerpo técnico no lo puede corregir.

Otro de los ítems de lo que quedó del juego en la Boca se lo lleva el árbitro. Darío Herrera, el mejor ranqueado del país, tuvo un partido para el olvido y con sus fallos el más perjudicado fue el Canalla con el penal que obvió de Fabra sobre Ferrari.

Central sigue sin poder ganar en condición de visitante y el campeonato comenzó a hacérsele imposible. Pero de cara al juego con Belgrano, gran parte de lo hecho ante Boca es para repetir y eso pensando en el gran objetivo que es la Copa Argentina es lo importante.