Por Fabrizio Turturici

Central no halló su mejor versión y volvió a quedarse en el empate. El equipo de Diego Cocca igualó 1 a 1 en su visita a Lanús, un buen resultado ante un rival complicado que en otro contexto sería favorable, pero que no le alcanza para salir del descenso.

El conjunto auriazul comenzó el partido de buena manera, tras plantarse en campo contrario y adueñarse de la pelota, demostrando una gran movilidad de sus volantes para el toque y desmarque, por lo menos hasta la primera media hora de juego.

Los dirigidos por Luis Zubeldía, en cambio, apostaron al primer pase y salida rápida de contragolpe sin importar su condición de locales. Aprovechando los habituales grises del retroceso canalla, pudieron complicarlo en algunas réplicas.

La falta de precisión en los últimos metros fue el denominador común en esa etapa, ya que los protagonistas profundizaron con poco éxito para abrir el marcador. No obstante, la intensidad, la paridad y las buenas intenciones de ambos prometían para el complemento.

Allí, un error personal de Joaquín Pereyra, perdiendo el balón en la mitad de la cancha, permitió a José Sand abrir la cuenta. Pero otra vez reaccionando al instante y golpeando en el momento justo, Matías Caruzzo igualó las cosas de pelota parada.

Un punto aparte se merece el mal arbitraje de Diego Abal, otra vez perjudicial para Central, ya que omitió un planchazo de roja al Pepe Sand, que después jugó gratis y convirtió, y no cobró penal en la brusca salida de Matías Rossi desmayando a Diego Novaretti.

Así las cosas, Central cosechó el récord máximo de empates consecutivos en la historia del club y sigue invicto en la Superliga, pero cada vez más comienza a lamentarse los puntos perdidos con algunos rivales con los que estaría mucho más relajado en los promedios.