Por Enrique Genovar

Fea fue la disputa de egos que tuvieron Marco Ruben y Teófilo Gutiérrez en el primer partido del año. Una exposición pública innecesaria donde el único perjudicado fue el equipo. Son dos delanteros con mucha jerarquía y Central los necesita juntos. El club necesita de ellos para salir de la zona baja de la tabla y tratar así de alcanzar el objetivo de llegar entre los diez primeros. Y son ellos los primeros que necesitan darse cuenta de la valía que tienen dentro de este plantel que perdió quilates importantes en el último receso.

Teo y Ruben volvieron a dejar expuesto que entre ellos no hay onda. Y no tiene por qué haberla, más allá de que sería ideal si la hubiera, pero mostrar los distintos que son delante de 40 mil hinchas y con las lentes de las cámaras como testigo estuvo mal. Pésimo.

Cuando Teo le pidió la pelota a Ruben, ¿tanto le costaba al capitán cedérsela? Parece que sí. ¿Por qué quiso patear el colombiano si el que lo hace habitualmente es Ruben? No se sabe. Lo que sí no hay dudas es que más allá de todos los meses que llevan de convivencia, no tienen piel. El año pasado se encargaron de dejarlo en claro en Rafaela y cuando parecía que la cosa estaba calma apareció una nueva discusión delante de todos.

Ruben ya le había cedido penales a Larrondo y a Fernández. Teo se lo pidió y no es que no se lo dio, sino que el capitán lo mandó al carajo y lo expuso aún más cuando habló con sus compañeros.

Teo se dio cuenta lo mal que le había caído a su compañero el hecho de que él quería ejecutarlo y le dio la pelota para que patee. Encima, cuando terminó el primer tiempo se fueron hablando de manera no muy amigable al vestuario. Ruben le hablaba tapándose la boca, Teo respondía sin que nada se interponga entre sus labios y la vista de los plateístas del río. El colombiano llegando al túnel comenzó a trotar dejando atrás al capitán.

¿La habrán seguido en el vestuario? No se sabe. Pero sin dudas ese es el lugar donde se tuviera que haber discutido y no dentro del campo de juego. Ruben y Teo se tienen que dar cuenta que Central los necesita. No hace falta que sean amigos porque no hablan el mismo idioma, pero sí los dos tratan a la pelota de “che” y eso es lo que más importa.