En su debut, Central fue un equipo efectivo que supo aprovechar las situaciones del partido y los agujeros de Godoy Cruz para quedarse con un primer triunfo necesario en la Copa de la Liga Profesional, donde mostró las mismas dos caras que durante la pretemporada: una en ataque y otra en defensa.

En su faceta ofensiva, buen trato del balón por parte de sus conductores centrales y algunos chispazos por las bandas, pero en el aspecto defensivo, una vez más, zagueros lentos que no hacen pie en el retroceso y dejan al equipo desnudo de cara al arco del poco afianzado Ayala.

Este segundo punto pudo verse en forma de llamado de atención con apenas un puñado de segundos, cuando la última línea salió a cortar demasiado lejos y, al no conseguirlo, quedó en inferioridad numérica y dependió únicamente de la mala puntería mendocina.

A modo de respuesta, apareció la mejor arma del Canalla en este encuentro, el balón detenido, con dos jugadas preparadas que una terminó adentro gracias a Ojeda y la otra estuvo cerca de correr la misma suerte cuando cayó sorpresivamente en los pies de Torrent.

Con el marcador en ventaja, Central tuvo una buena oportunidad para controlar las acciones y manejar el ritmo a su gusto, con los tres volantes centrales -sobre todo Vecchio- distribuyendo el juego más que nada a la izquierda, con buenas trepadas del juvenil lateral Blanco.

Como contrapartida, estuvo muy flojo el sector derecho de la ofensiva canalla, ya que a López Pissano, al igual que en los amistosos, se lo notó inconexo con el engranaje del equipo, y su buen pie zurdo solo se hizo presente desde la pelota parada, detalle no menor de todos modos.

Sin embargo, con el correr de los minutos la posesión auriazul se tornó en un toque pasivo plasmado en una zona inofensiva de la cancha. El rival, más allá de algunas insinuaciones lanzado al ataque en velocidad, no tuvo virtudes para complicar el frágil retroceso del local.

Cuando llegó el gol del empate en el segundo tiempo, merecido por la voluntad demostrada, parecía que se iban a llevar el partido del Gigante, pero una buena jugada individual -de las únicas dos en esta etapa- concluyó en un brutal remate de Gamba para asegurar la victoria.

En concreto, el Canalla volvió a mostrar sus dos caras opuestas en la noche de Rosario; esta vez la debilidad del contrincante de turno le permitió celebrar con alegría, pero está claro que deberá mejorar mucho con vistas a su encuentro contra River, un rival que no perdona.