Central se encuentra transitando un momento de preocupante caída libre en la Superliga, luego de caer 0-4 ante Unión en el Gigante de Arroyito y profundizar sus problemas futbolísticos en la antesala al clásico rosarino. El rival lo superó de principio a fin y sacó la diferencia a través de Mauro Pitton, Damián Martínez en dos oportunidades y Franco Fragapane.

El partido se le escurrió rápidamente de las manos a Central. Primero, por una polémica decisión arbitral. Después, por falencias propias al repetir errores en el retroceso y fallar en la generación de juego, sin poder demostrar ni siquiera intenciones de conectar juego en ofensiva.

Central se encontró gobernado de pies a cabeza por un Unión que no contaba con la posesión pero sabía ser peligroso en cada excursión. Y su línea del fondo mutaba efectivamente de tres a cinco jugadores, siempre según la tenencia del balón, y un buen trabajo de Nelson Acevedo a la hora de ofrecerse como cinco tapón entre los defensores.

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En el complemento, el conjunto canalla tampoco tuvo ideas para revertir su caída libre. Probó con Maxi Lovera en lugar del flojísimo Fernández, pero siguió careciendo de profundidad en busca del arco contrario. Ortigoza y los volantes en general aparecían lejos de los delanteros y no se formaban circuitos de juego para quebrar la historia. Por el lado del Tatengue, ejercía lan misma fórmula que le había dado réditos durante la primera mitad del encuentro.

En este punto, lo único que profundizó Central fue un déficit defensivo que, conjugado con errores de carácter amateur, permitieron a Unión su tercer festejo en los pies de Franco Fragapane. Luego, la visita se dio el lujo de tocar bajo una tormeta de chiflidos que bajaban del estadio en evidente desaprobación al preocupante rendimiento de su equipo. La catástrofe terminó de confirmarse con otro remate de Martínez y otra floja respuesta de Ledesma.

Los rendimientos y resultados están a la vista y obligan a cambiar rápidamente por el clásico que está a la vuelta de la esquina. En el olvido quedaron el orden defensivo y la efectividad de pelota parada que lo ayudaban a ganar partidos. Algunos jugadores ya fracasaron al igual que el sistema. ¿Será tiempo del 4-2-3-1?