Por Fabrizio Turturici

Central volvió al Gigante de Arroyito en una tarde ideal que significó victoria por 1-0 sobre Talleres, la segunda al hilo de este arranque de Superliga, donde demostró compromiso anímico, ritmo físico y juego combinado para quedarse con otros tres puntos vitales en la lucha por la permanencia y que pudo alcanzar gracias al merecido gol del uruguayo Diego Zabala, en una asociación con otros dos refuerzos -Lucas Gamba y Sebastián Ribas- que ingresaron para cambiarle la cara al equipo.

La mejoría más notoria de este equipo es, claramente, el nivel de competitividad adquirido a partir de una buena pretemporada que sirvió también para cambiar el chip negativo con el que estaba funcionando. La intensidad a la hora de presionar, así como la velocidad de tres cuartos de cancha en adelante, representan el claro ejemplo de esto. Central puede jugar mejor o peor de a ratos, pero nunca se ve superado por su contrincante como ocurría -constantemente- el torneo pasado.

En cuanto al desarrollo, las circunstancias del encuentro y el estilo directo del rival, que apostaba a replegarse sin la pelota y a ser vertical con ella, obligaron al Canalla a tener la posesión en campo propio, hasta que Gil rompía líneas con su gran despliegue para conectar con los puntas: los incisivos Rius y Zabala, también buscados con pelotazos cruzados de los defensores. En contrapartida, el elenco auriazul sufrió poco en el retroceso porque, al jugar con el balón, casi nunca quedaba mal parado ni era sorprendido por el tridente cordobés.

En este contexto, el déficit principal seguía siendo la falta de peso en el área, porque Riaño no lograba ganarse la titularidad y tanto Ribas como Gamba pedían su oportunidad desde el banco. En tanto que el otro punta definido, Lovera, insinuaba con pinceladas pero no terminaba de pintar su obra. Así fue como (justamente) esos dos cambios se produjeron a falta de quince minutos para el cierre, y los frutos no tardaron en llegar. Gamba y Ribas se combinaron junto al otro refuerzo, la Bomba Zabala, para anotar un golazo que le dio a Central otra merecida victoria, esta vez en Arroyito, para comenzar a edificar las bases de un equipo que aspira a salvarse del descenso y, si sigue por este camino, ¿por qué no a algo más?.