Luego de quedar eliminado de otra competencia, Central se juega todavía tres finales, tal como declaró su propio entrenador Diego Cocca. Es que además de la definición ante Boca, tiene dos partidos de Copa Libertadores donde aspira a ganar y esperar otros resultados.

El primero de ellos será ante la Universidad Católica de Chile, este miércoles a las 19.15 en el estadio Gigante de Arroyito, donde el conjunto canalla, prácticamente eliminado del certamen internacional, necesita quedarse con un triunfo en casa para soñar con el milagro.

Pese a haber quedado afuera de la Copa de la Superliga ante Aldosivi, Cocca quedó conforme con la victoria conseguida en la vuelta, y por eso no meterá mucha mano con respecto al equipo que jugó en Mar del Plata, efectuando sólo tres variantes de arranque.

El lateral derecho Nahuel Molina ingresará en lugar de Gonzalo Bettini, mientras que los experimentados Matías Caruzzo y Fabián Rinaudo lo harán por los cumplidores Facundo Almada y Joaquín Pereyra en la defensa y el mediocampo, respectivamente.

De esta manera y aunque no está confirmado oficialmente, el once auriazul formaría con: Jeremías Ledesma; Molina, Caruzzo, Miguel Barbieri y Alfonso Parot; Leonardo Gil, Rinaudo, Rodrigo Villagra y Jonás Aguirre; Maximiliano Lovera; y Claudio Riaño.

Una vez finalizado este partido, lo que quedará del presente para Central será disputar la final de la Supercopa Argentina contra Boca, el jueves 2 de mayo en Mendoza, y cerrar su participación en la fase de grupo de la Libertadores ante Libertad de Paraguay en el Gigante.