Focalizar todas sus energías en la final de la Copa Argentina. Ese fue el principal objetivo, al menos para Coudet, desde la previa al partido con Banfield. Es que, a último momento, se terminó decidiendo por resguardar a sus principales cartas (como Donatti, Larrondo, Ruben), teniendo en cuenta que además que no se hicieron presentes Nery Domínguez ni José Luis Fernández. En definitiva, un equipo que alternó titulares y suplentes terminó jugando y perdiendo 2 a 1 ayer, en el sur bonaerense, frente al Taladro.

Desde la frialdad matemática, el cálculo parece haber salido bien para el Chacho, ya que al disputarse los tres cotejos definitorios en simultáneo, Boca (con su primer equipo en cancha) derrotó a Tigre y se coronó campeón sin importar otro resultado. Por eso, se podría decir que llega “más descansado” y con mayor hambre de gloria que su rival al miércoles, que competirá relajado por el reciente campeonato conseguido.

Sin embargo, lo negativo es que Pablo Álvarez se desgarró, no pudo completar el partido en el Florencio Solá y quedó descartado para la final en Córdoba, sumándose a las ausencias de Giovani Lo Celso (expulsado en semis frente a Racing) y Nery Domínguez (lesionado). En su lugar ingresaría el recuperado Cristian Villagra, mientras que Damián Musto se hará cargo del mediocampo y se especula el ingreso de Cervi como enganche.

Mientras tanto, el plantel se entrenará esta tarde en Arroyo, y mañana viajará en chárter a Córdoba, donde se alojará hasta la final del miércoles que jugará con Boca, en el Mario Alberto Kempes, con gran apoyo de sus hinchas.

En relación al último tema tocado, ayer en el Gigante se vendieron las entradas para el correspondiente partido por la Copa Argentina. En cuatro horas se agotaron los tickets y los incidentes que nos tienen acostumbrados a estas pésimas organizaciones se hicieron presentes, terminando incluso con balas de gomas y varios heridos.