Central afinó su repertorio pero no pudo volver a celebrar en el estadio Gigante de Arroyito, donde rescató un empate contra Colón que sirve poco en la tabla de posiciones de la Superliga, ya que continúa sin ganar desde las primeras fechas.

Con el ánimo por las nubes tras el clásico ganado, los de Bauza salieron decididos al campo de juego y mostraron destellos interesantes de juego, con triangulaciones en la salida y activa participación de sus mediocampistas centrales. En la zona ofensiva, el solitario punta volvió a funcionar mejor que el doble nueve, ya que Herrera abanicaba todo el frente de ataque y Lovera conectaba bien con todos los jugadores de su zona.

Justamente a partir de este movimiento, el conjunto canalla supo generar varias situaciones en arco contrario. Pero siempre al ritmo -preciso y lento- de Ortigoza, sin desesperarse en la búsqueda del resultado. Los volantes por afuera, a pierna invertida, también demostraban mejores performances, dejando en claro las virtudes del esquema de 4-4-1-1.

El equipo sabalero también priorizaba el buen trato de la pelota y la elaboración por el piso. En ese sentido, lograba profundizar siempre por el lado del lateral izquierdo cubierto por Parot. Ante la ausencia del experimentado Caruzzo, la dupla central ofrecía espacios en el escalonamiento y era puesta en jaque siempre con pelotazos frontales a sus espaldas.

>Te puede interesar: Central fue irregular, reaccionó en el complemento y empató con Colón

Colón, por su parte, defendía con mucha población en su campo y, ante los siempre bien parados Fritzler y Zuculini, el ingreso canalla se dificultaba, aunque nunca dejó de probarlo con buenas intenciones y criterio.

Sobre la media hora de juego, la visita -que había crecido en el partido- abrió la cuenta a través de Javier Correa, en un gol que tuvo responsabilidad directa del marcador de punta chileno y de una zaga desarmada, y acabó yéndose al vestuario del entretiempo en una desventaja inmerecida desde el desarrollo.

Central salió a jugar el segundo tiempo con la firme convicción de empatarlo. A partir de la distribución de Gil, el mejor de la cancha, logró generar varias situaciones tempraneras, incluso con un penal sobre Herrera no sancionado por el árbitro Fernando Rapallini.

El empate llegó con la misma fórmula del clásico: centro del Colorado y cabezazo del Chaqueño para el merecido 1-1, aunque el conjunto de Arroyito estaba empezando a hacer méritos para quedarse con los tres puntos. Los ingresos de Zampedri, Pereyra y Lioi le dieron mayor verticalidad a un equipo que se olvidó del libreto para ir al frente como sea.

No obstante, sobre el cierre se durmió y quien empujó con fuerza para ganarlo fue el Sabalero. La defensa de Central se caía a pedazos y los delanteros rivales aprovecharon los huecos y jugaron con el nerviosismo para amenazar con el segundo. Pero la suerte estuvo del lado canalla y finalmente se dio una agridulce igualdad en el Gigante, donde los del Patón no logran encaminar su rumbo en la Superliga, situación que no puede descuidar más allá de su presente en la Copa Argentina.