Por Pablo Bloise

Tanto en la era Coudet como en la de Montero, el volante uruguayo no parece ser la primera opción para ocupar el carril izquierdo. En los últimos encuentros oficiales, sólo arañó un par de minutos ingresando desde el banco de suplentes y actuó en el final del año pasado junto a los juveniles, mientras el Chacho preservaba a los titulares para la Copa Argentina.

Afirmar que cada vez que entró rindió de buena manera es algo muy subjetivo. Lo concreto y lo sustancial son los cinco gritos que tiene con la camiseta canalla, que lo erigen como el goleador del equipo a pesar de los millones que hay entre Marco Ruben y Teo Gutiérrez. O entre gran parte de las piezas que Montero propone como titulares.

Primero José Luis Fernández y ahora Pachi Carrizo. Camacho tiene competencia en su puesto, y no es ajeno a eso. Cada vez que le toca, intenta demostrar. El viernes, ante Quilmes, tuvo que reemplazar a Paulo Ferrari y no le pesó jugar a pierna cambiada. Generó y en el epílogo llegó al gol.

El Chacho lo ha probado como creador en algunos pasajes y más allá de que no brilló, demostró que puede acoplarse a todos los frentes de ataque. En ese sentido, la posibilidad está: el uruguayo podría reemplazar a Paulo Ferrari, que está haciendo el esfuerzo de reemplazar a Walter Montoya en una posición que no es la de él. Si ese fuera el pensamiento de Montero, tendrá un derecho por izquierda y un zurdo por derecha.

En cuanto a lo meramente futbolístico, sus aportes le vendrían muy bien a este Central que no ha mostrado grandes cosas en lo que va del 2017. Su potente media distancia podría tenderle una mano a los ataques canallas que, además de no ser constantes, se diluyen mucho antes de llegar al área rival. Es versátil y de buen pie, como también lo son Fernández y Carrizo. Pero, ¿será el turno del uruguayo?