MARTES, 26 DE NOV

Barajar y dar de nuevo cuanto antes

Con un arbitraje polémico de Merlos, el Canalla cayó en casa y profundizó su crisis futbolística. Con muy poco, el rival se quedó con el premio mayor. Hubo ganas y compromiso, faltó fútbol. Necesita resetearse internamente de forma urgente.

 

Rosario Central continúa dando pasos en falso en esta interminable y tediosa Liga Profesional. Esta vez sin merecerlo, pero volvió a sucumbir y toparse con la cara amarga de la derrota, algo que se hizo habitué en este 2024 para el olvido, en el que todo lo planificado se fue por la borda, habiéndose quedado muy lejos de lo que pudo haber sido un gran año tras la consagración en el torneo local después de tanto tiempo. Tenía todo para despegar, pero errores internos atentaron contra sus posibilidades.

Ni siquiera en la despedida de un ciclo irregular como el de Matías Lequi como entrenador el Canalla, en el que lo único para destacar es la victoria en el clásico, se pudo regalar una leve sonrisa para levantar el ánimo y salir un poco del pozo en el que se encuentra. Un Gigante de Arroyito que mimó a uno de los últimos próceres de la historia auriazul como Miguel Ángel Russo, campeón hace unos meses nomás, a pesar de que corrió mucha agua debajo del puente en lo que vino después, fue el marco para que el local recuperara un poco la memoria de lo que alguna vez tuvo en 2023.

Sin embargo, Central se encargó de dilapidar otra oportunidad, esta vez solo para recobrar confianza, ni más ni menos que eso, siendo ya una utopía la clasificación a copas internacionales. Tuvo un buen comienzo en el partido con San Lorenzo, ya que impuso ritmo e intensidad en los minutos iniciales, ahogando a su rival y llevándolo a refugiarse contra el arco propio. Hubo empuje y ganas, las que debían estar acompañadas de la cuota de claridad para poder desnivelar.

En esos primeros minutos, el tándem Coronel-Duarte fue lo más interesante del Canalla, desdoblándose en ataque y siendo difíciles de descifrar para el fondo azulgrana. A pesar de ese envión, el trámite rápidamente se emparejó. No obstante, hubo un jugada que marcó un quiebre en el encuentro: Ignacio Malcorra anotó de zurda con un buen remate cruzado tras pase de Jonathan Gómez, pero el árbitro Merlos, de mal arbitraje, a instancias del VAR anuló el gol por una supuesta «falta» de Franco Ibarra contra Nahuel Bustos en la mitad de cancha. Esa acción cambió el desarrollo de la historia.

Es que, después de verse perjudicado, Central nunca más pudo recuperar ese convencimiento que había mostrado en los 20 iniciales. La visita salió de atrás y empezó a animarse, aunque a varios metros de distancia de la valla de Jorge Broun. Ibarra, ‘Caramelo’ Martínez y Gómez empezaron a perder el medio y Bustos tuvo mayor libertad para desplegar su juego, apoyado en el paraguayo Leguizamón como socio en la creación. El conjunto de Lequi se repitió en imprecisiones saliendo con balón y le regaló posibilidades al adversario, que entendió que el momento auriazul había pasado y podía animarse a más.

El Canalla, como tantas veces, faltó a la cita con el fútbol. Malcorra estuvo apagado, Gómez trasladó demasiado la pelota y decidió erróneamente, y Enzo Copetti se movió a contra mano de lo que se pide a un centro delantero. Así, las posibilidades nuevamente pasaron por el desnivel individual. Cuando la primera etapa parecía que cerraba sin situaciones, quien sacudió la modorra general fue Remedi con un derechazo que pedía ángulo y provocó una gran respuesta de Broun, que voló y sacó el envío con un buen manotazo. El empate estaba bien, a sabiendas de que hubo un acontecimiento que marcó un antes y un después.

En el complemento, Central recobró algo el ímpetu y fue a buscar la victoria, aunque careció de la claridad necesaria para profundizar en los metros finales y sacar réditos de las insinuaciones. Con sus armas, arrinconó al Ciclón, faltaba la pizca de lucidez que tienen los jugadores distintos para destrabar este tipo de partidos tan cerrados, que se suelen definir por detalles. Con esa misión entró Jaminton Campaz, quien debía aportar esa cuota de desborde necesaria, que supo tener en sus mejor momento, para romper la paridad.

Lo que escapó a cualquier pronóstico, como venía dándose todo, fue que quien pusiera fin a la monotonía fuera San Lorenzo. Ibarra se durmió con la pelota en el medio, Bustos se la robó, perfiló el remate y sacó un tremendo zapatazo de media distancia que se coló en el ángulo de Broun, que nada pudo hacer más que volar para la foto. Un golazo de otro partido. La cuesta se hizo más empinada para el Canalla, debiendo luchar contra sus limitaciones y la adversidad.

Entraron para sumar peso ofensivo Lautaro Giaccone, Santiago Segovia y Luca Martínez Dupuy, pero el esfuerzo fue insuficiente. Apareció el ‘Chila’ Gómez para desactivar un tiro libre de Malcorra y un cabezazo del mexicano encontró la resistencia del palo, nada más. El Ciclón se abroqueló bien atrás y, sostenido por la solidez de su arquero, construyó un muro infranqueable para las intenciones auriazules. A pesar de tener una actuación discreta, Central no mereció perder. No ligó y también el arbitró colaboró con el resultado.

Llegará inexorablemente el momento de dar vuelta la página para Central. Desde el lunes Ariel Holan tomará las riendas de un plantel al que deberá evaluar en lo que resta del certamen para definir con que hombres contará desde el 2025 y de cuales prescindirá. Tiene cinco fechas para hacer los análisis pertinentes y definir con cuales herramientas contará para delinear su equipo en la próxima temporada, al que tendrá que imprimirle un sello distinto, nuevo, con aires de recambio y también renovando las ilusiones. Seguramente habrá fines de ciclo y otras caras darán forma al proyecto que comenzará.

 

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