Por Federico Morel

En el corazón de Echesortu, se encuentra Atlantic Sportsmen Club, una institución que cobija varios deportes, entre ellos el Judo, una discplina olímpica en la cual el club se ha posicionado a nivel provincial, nacional e internacional como referente de campeones y que obtuvo varias medallas en el último Sudamericano de Judo, realizado la tercera semana de agosto en Asunción del Paraguay. 

Los cinco representantes de este último torneo internacional, se destacaron en sus respectivas categorías: Maia Medici, sub 13 mayor de 52 kilos, se consagró en medalla de Plata; Tiago Vizzi, sub 13 menos de 42 kilos, se alzó con la medalla de Oro; Iara Rojas, sub 15 hasta 64 kilos, volvió con la de Oro; Indira Papaleo, hasta 48 kilos, consiguió la medalla de Bronce; y Yandel Saragusti, sub 15 hasta 36 kilos, obtuvo el premio plateado.

Miguel Angel Russo, maestro de Judo 9º dan, con más de 67 años dedicados con pasión y tenacidad al deporte y la enseñanza, es el responsable en gran medida de que los resultados de los competidores de Atlantic Sportsmen coseche resultados que parecieran imposibles teniendo en cuenta los recursos económicos que son necesarios para afrontar cada competencia.

 

El próximo objetivo es la participación de cinco competidores de Rosario en los Juegos Nacionales Evita, los cuales viajaran integrando la selección provincial compuesta por 10 atletas en total, lo que habla de una representación rosarina del 50%. Esto no es casualidad.

Conclusión visitó las intalaciones del club de Lavalle al 900, donde el maestro Russo, junto a su equipo de profesores de gran experiencia y conocimiento en el paño judoca, entre ellos Maximiliano Pagliarecci 4to. dan, Hernán Serapide 2do. dan, Andres Krapf profesor y arbitro nacional , enseñan a más de 70 niños, adolescentes y adultos este «medio de vida».

La historia de Russo con Atlantic Sportsmen no es nueva: «Esta es una institución vieja en el barrio. Yo hace 33 años que estoy en la institución. Tenemos un lindo grupo de competidores jóvenes y adultos, de nivel provincial, municipal e internacional. De aquí salieron cuatro judocas olímpicos. Ahora algunos son profesores, están en las áreas técnicas nacionales, pero han tenido una larga trayectoria deportiva».

 

Al consultarle cuando comienza su historia de amor con el deporte de raíz japonesa, el maestro contó que empezó a los 6 años. «Fuí competidor, fuí árbitro internacional, he viajado mucho por muchos países, he representado a la Argentina y he estado caminando».

Los valores humanos son elementales en la práctica del Judo. La humildad es una característica que se destaca en el maestro Miguel Angel Russo y esa cualidad es clave en su esquema de trabajo.

«La importancia de esto es que yo me respaldo en un equipo, no lo hago solo, porque si estuviera solo no lo lograría. Tengo un equipo de profesores, algunos se especializan en la parte competitiva, otros se especializan en la parte de arbitraje, otros se especializan en la parte de defensa personal, otros trabajan con niños ayudándome a mí. Tengo más de 20 profesores trabajando conmigo y todo es en forma ad honorem», asegura el especialista en más de 300 lances judocas.

La confianza en la visión y el análisis de los profesores sobre las capacidades de los deportistas resultan de extrema importancia para que el maestro Russo extraiga futuros campeones de este deporte olímpico.

«De ahí extractamos a los competidores más representativos que les gusta. Ahora tenemos un grupo que va a los Juegos Evita. Van diez de la provincia y cinco de aquí que clasificaron. Fuimos a Paraguay la semana pasada, mandé cinco chicos y trajeron cinco medallas sudamericanas«, contó el experimentado ex competidor profesional.

Y agregó: «Cualquier persona puede aprender Judo. El entrenamiento competitivo es diferente. Nosotros enseñamos Judo de muchas formas, se puede hacer como gimnasia, otra como medio de vida, una forma como defensa personal, otra forma como la parte competitiva. Tiene muchas aristas. El profesor ve el perfil del alumno que viene y entonces lo aconseja que es lo que puede hacer».

Tantos años de entrega y trabajo tenaz hacia el Judo, le han dado a este instructor rosarino las herramientas necesarias para poder concretar los objetivos en competencia. El maestro explicó que los buenos resultados se deben a «los años de experiencia, el aprendizaje, he tomado cursos en Japón, he ido a Olimpíadas a Rusia, he viajado por Sudamérica, por Europa». «Ahí aprendí mucho, después me respaldo en un grupo de trabajo. Si hay que tener psicólogo, los tenemos, si hay que tener nutricionista, los tenemos. Usamos las especialidades para engrandecer a nuestros atletas. Lo que hay que tener es la humildad necesaria para preguntar, aprender lo que haga falta y después transmitirlo. Lo nuestro es ceder para vencer«.

Superar la realidad económica

En Argentina el Judo comenzó a aparecer a principios del siglo pasado, alrededor del año 1906, por lo que en la actualidad, por la naturaleza del crecimiento, son muchos los deportistas que entrenan esta diciplina con el objetivo de participar en la mayoría de las competencias que se desarrollan a nivel mundial, entre ellas, las Olimpíadas.

En el caso puntual de los luchadores que buscan ser profesionales y que representan a Atletic Sporstmen Club, además de dedicarse de lleno a la actividad, deben hacaerse cargo de los gastos que conlleva decir presente en cada competencia. Y es por esto que esta entidad deportiva de Echesortu como el deporte en general, necesitan urgente el amparo económico del Estado municipal, provincial y nacional para seguir mejorando la calidad deportiva y representar con más orgullo a la Nación argentina.

 

 

Al preguntarle a Russo sobre este punto, respondió: «El ENARD (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) colabora con un plantel nacional, pero es un núcleo muy chico. Los cinco míos que viajaron al exterior se los pagaron sus padres y es a precio dólar. Fuimos a Formosa nos pagamos el viaje, fuimos a Paraguay nos pagamos el viaje, ahora vamos a Villa María un torneo nacional. Nosotros estamos en todos lados si podemos».

Miguel Angel Russo es un hombre pasional, de acción y de valores, por lo que cada palabra que emite, resuena con un sesgo de abrazo paternal, pero con la ternura de los maestros que hacen grande a la sociedad.

«Al Judo lo defino muy cortito: es un medio de vida. Es como un virus incurable. Uno se enferma de Judo y no se cura más. Yo contagio a los padres que me siguen y hacemos una gran familia del Judo«, finalizó.