El club Atlanta se fundó en Rosario en septiembre de 1935 como una filial del equipo porteño de Villa Crespo. Ubicado en la zona oeste, en Santa Fe 4455, la entidad auriazul se fue apagando con el correr de los años y solo se mantenía por la actividad del buffet.

Los inicios de la institución, se vio marcado por la inclusión de actividades amateurs y juegos de mesa, con el color característico de las fiestas barriales y los bailes de ocasión que se destacaban los fines de semana. Pero el cambio social, fue postergando el protagonismo de los vecinos y perdió estabilidad institucional, disminuyendo la cantidad de socios.      

Sin embargo, hace unos meses, Rodrigo Azziani, presidente del Club de Ajedrez Alfil Rojo y de la Asociación Rosarina de Handball, activó el club por la necesidad de encontrar nuevos espacios para desarrollar actividades amateurs.

Conclusión dialogó con el dirigente, que contó la experiencia reciente: «Hace algún tiempo, con la Asociación Civil de Ajedrez Alfil Rojo estábamos buscando un espacio físico para poder dar clases y realizar actividades de difusión y competencia del ajedrez. Veníamos trabajando “de prestado” en instituciones que nos facilitaban sus instalaciones por una tarde o algunos días, pero no teníamos un lugar donde poder arraigarnos y empezar a construir».

«Así fue como llegamos a Atlanta, de la mano de la Dirección de Clubes de la Municipalidad de Rosario con Emiliano Torno. Conocimos a Alberto, que es el encargado del buffet y a su vez el espíritu que sostenía vivo al club junto a su familia, que día a día le ofrecen un almuerzo económico ($50) a los trabajadores y trabajadoras de la zona. Acordamos empezar a usar el club por la tarde algunos días en la semana. Para ello tuvimos que poner en condiciones el salón pintando y poniendo luces, para lo cual recibimos la ayuda de la Diputada Provincial, Verónica Benas», contó el flamante dirigente.

Azziani, puntualizó el inicio de esta nueva etapa de la entidad auriazul: «Alberto nos contó que algunas tardes un grupo de jóvenes se acercaban a jugar al básquet y en ese momento se nos prendió la lamparita: ¿por qué en vez de estar en el club como Alfil Rojo no buscamos darle entidad a Atlanta? Ahí empezamos a repensar nuestra participación. Conseguimos profe de básquet, vóley, teatro y apoyo escolar. Poco a poco empezamos a conciliar y estamos ahora ante un gran desafío: darle a conocer al barrio nuestras actividades e invitar al vecino para que participe».

La entidad rosarina, se está rearmando en todos los aspectos: «En este momento estamos trabajando para lograr la normalización institucional. En este momento, hay una comisión directiva actuando de oficio pero necesitamos trabajar para estar debidamente establecidos. Esperamos para fin de año, tener una nueva comisión en el club que mezcle la experiencia e historia de sus precursores y la energía de los jóvenes», afirmó el presidente.

Atlanta abrió sus puertas y Azziani, enumera las actividades que se desarrollan todos los días: «Tenemos ajedrez, básquet, vóley, taller de apoyo escolar y teatro. La coordinadora de los espacios culturales y deportivos es Painé Nocetti».

La nueva dirigencia del club auriazul, comenzó su arduo trabajo, solidificando sus pilares para planificar un futuro crecimiento, que el presidente expresó: «Las proyecciones y deseos son muchos. Con el grupo de jóvenes, creemos que proyectar un club lleno de actividades y con capacidad administrativa, no permitiría soñar con tener la “canchita” techada y con un buen piso. Estamos convencidos de que la comunidad va a acompñar al club en su resurgimiento y resignificación como estandarte de dos barrios de los cuales es límite: Echesortu y Ludueña».