El Mundial de básquetbol comenzará mañana en China con la ausencia de las más brillantes estrellas estadounidenses de la NBA y el debut frente a la débil Corea del Sur de la Selección argentina, que parte con expectativa pese a la duda por lesión de Facundo Campazzo, que se recupera contrarreloj.

El encuentro se disputará en el estadio Wuhan Sports Centre, de la ciudad de Wuhan, a las 9.30 (hora argentina), con transmisión en vivo de la Televisión Pública y de TyC Sports.

Argentina arriba al Mundial como quinta preclasificada en el sorteo de la fase de grupos y justamente su primer objetivo será sortear ese tramo, para luego medir cara a cara con las potencias en los cruces de segunda ronda para intentar repetir el título 1950 (el primer torneo ecuménico) o el subcampeonato 2002 en Indianápolis, en el arranque de la Generación Dorada.

Con el mismo plantel que logró la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Lima 2019 hace un par de semanas, el entrenador Sergio «Oveja» Hernández aguarda por la recuperación del base y figura Facundo Campazzo, quien sufrió un esguince en el tobillo derecho el pasado lunes en un amistoso contra Rusia.

Las variantes para la conducción son Nicolás Laprovíttola y el marplatense Luca Vildoza, que se apoyarán en la experiencia de Luis Scola (39 años) más la buena actualidad de Patricio Garino, Nicolás Brussino y Gabriel Deck.
Su primer escollo será Corea del Sur, que a priori es el rival más débil de la zona, pese a contar en sus filas con el pivot estadounidense nacionalizado Ricardo Ratliffe.

La Federación Internacional (FIBA) soñaba con atraer a China a todas las estrellas del básquet, sin éxito. Poco motivados por las medallas internacionales, los mejores jugadores prefirieron reservarse para la próxima temporada de la NBA. Sus franquicias les animaron a ello, pues recelan de estos torneos extraños a su cultura que ponen en riesgo de lesión a sus jugadores, algunos de los cuales llegan a cobrar decenas de millones de dólares por año.

No estarán por tanto ni LeBron James, ni Stephen Curry ni Kawhi Leonard, pero tampoco James Harden, Anthony Davis o Damian Lillard, que estaban en la preselección del entrenador de San Antonio Spurs, Greg Popovich, la única estrella del equipo.

La hemorragia no afecta solo a Estados Unidos. España no contará con Paul Gasol (lesión), Sergio Rodríguez o Nikola Mirotic; Australia será más fácil de superar sin su joven All Star Ben Simmons, mientras que Canadá solo contará finalmente con uno de los 17 jugadores NBA de los que dispone en total.

A las bajas de estos jugadores en buen estado físico se añaden, inevitablemente, una serie de lesiones. Serbia no podrá alinear a su base Milos Teodosic, mientras que Rusia -tercer rival de Argentina- no dispondrá de su mejor jugador, Alexei Shved. Por su parte, Francia perdió durante la preparación a su base Thomas Heurtel y a su ala-pívot Adrien Moerman.

También hay que tener en cuenta la ausencia del campeón de Europa, Eslovenia, y su joven estrella, Luka Doncic, principal víctima de las nuevas «ventanas» de clasificación disputadas sin los jugadores de la NBA ni los de la Euroliga. Demasiadas bajas para una competición que pretendía ser el equivalente en básquetbol al Mundial de fútbol.