Aunque la selección argentina de fútbol no pudo derrotar en su casa al clasificado Brasil y asegurar por propia cuenta la estadía en Qatar 2022, sí pudo cumplir con una nueva medida de exigencia de cara a su preparación para la cita mundialista, donde el título conseguido en la pasada Copa América lo envalentona en busca del máximo premio.

Y es que en San Juan tuvo que lidiar con el líder de las Eliminatorias Sudamericanas, que propuso un partido cerrado y sin muchos espacios por lo que en más de noventa minutos, pocas veces el cero del marcador se vio en serios peligros, más allá de alguna insinuación de uno y otro lado que la presencia de ambos arqueros se encargó de disuadir.

En cuanto a lo táctico y estratégico, hay que decir que el desarrollo se inició favorable para la Albiceleste, que ejercía una buena presión en la zona alta para robar la pelota y lastimar a su rival a través del factor sorpresa, impidiendo la cómoda salida de un visitante que se sentía ahogado en su campo, hasta que le encontró la vuelta y supo resolverlo.

Da la sensación de que Brasil como equipo sufre menos de la ausencia de su figura y capitán Neymar que Argentina con Messi, ya que si bien el astro rosarino volvió a estar de arranque y completó el encuentro en la noche sanjuanina, no se mostró fino en su gambeta ni en sus pases para sortear un más que sólido sistema defensivo con Fabinho de bandera.

Tan truncado se vio el desarrollo que la más clara vino de un error propio de Argentina al perderla en el mediocampo y dejar que Vinicius Junior se escape solo para el mano a mano, aunque con espacios y comodidad la tiró afuera frente a la presencia del Dibu Martínez, que sigue invicto con Romero y Otamendi -que debió irse expulsado- delante.

Así las cosas, el combinado nacional no pudo festejar ante su gente la clasificación al Mundial de Qatar 2022 y tuvo que esperar el resultado de Chile, aunque el partido en San Juan le sirvió como otra buena medida para ir el año que viene en busca de la Copa del Mundo, aquella que ganó por última vez en 1986 de la mano de Maradona.