Eliminatorias. Año 2011. La selección conducida por Alejandro Sabella era cuestionada y poco gustaba su juego. Se jugaba todo, con la permanencia de “Pachorra” en el puesto de director técnico pendiendo de un crítico hilo. Necesitaba más que nunca una victoria, como ahora, para respirar. Y allí, en la altura de Barranquilla, lo terminó ganando 2 a 1 de la mano de Messi y Agüero; comenzando así el glorioso camino que nos llevó hasta la final en el Maracaná de Brasil 2014.

Mañana, sin los delanteros que nos dieron el triunfo hace cuatro años, Gerardo Martino comienza a jugarse no ya la dirección técnica (Segura, presidente de AFA, lo respalda) sino el crédito ante la gente.

Es que Argentina aún no conoce la victoria: de tres partidos, perdió uno (Ecuador en la primera fecha) y empató los otros dos (Paraguay y Brasil). Y por ese motivo está urgido de los tres puntos, para salir del fondo de la tabla y comenzar a darle forma a su viaje a Rusia 2018.

La selección, que viene de igualar 1 a 1 contra Brasil en el Monumental, se juega mucho mañana en el agobiante calor de la tarde colombiana. Desde las 17.30, en principio, con el único cambio de Peruzzi por el suspendido Roncaglia en la defensa, visitará al Cafetero en busca de la resurrección.