El judoca rosarino Anibal Goñi subió a lo más alto del podio y se coronó campeón Panamericano y Sudamericano de la categoría Veteranos M3 (39 a 44 años, que incluye de los 60 a los 66 kilos). El evento internacional se desarrolló en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (CeNard) dependiente del Ministerio de Educación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fue organizado por la Confederación Argentina de Judo y la Confederación Panamericana de esta disciplina.

En la final del campeonato Panamericano, Aníbal Goñi le ganó al argentino Walter Dzurovcin, exsubcampeón mundial de veteranos, y al segundo día de competición por el Sudamericano derrotó al brasileño Alemao.

Desde temprana edad, apenas 9 años, con su hermano Andrés practicaban técnicas y jugaban a luchar en los ratos libres. Miraban películas de artes marciales, pero hubo una, «Retroceder Nunca, Rendirse Jamás»que tiene como protagonista a Jean-Claude Van Damme, que les marcó el camino por la pasión competitiva en judo. También fueron inducidos por su padre Carlos, quien nunca dejó de apuntalar y acompañar la trayectoria deportiva y educacional de sus hijos.

En diálogo con Conclusión, el judoca, hizo una síntesis de su historia de vida y destacó que nada le fue fácil, «todo lo fui construyendo en base a constancia y sacrificios e intentarlo una y otra vez a pesar de las caídas, pero nada fue casualidad, reconozco y agradezco a familiares, amigos y profesores en especial a mi papá, quienes me ayudaron a ser lo que soy como persona y profesional». Paralelamente se recibió de licenciado en Biotecnología.

Historia de vida

«Comencé muy cerca de mi casa, en el club Horizonte porque ahí se enseñaba judo con dos profesores muy buenos como Rubén Arias y Edgardo Antinori, este último participó en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 y mi papá y nos anotó en esta disciplina en donde tenés que voltear al oponente en el suelo y sobre el tatami lo tenés que retener durante 20 segundos», describió Goñi.

El profesor titular Miguel Ángel Russo, junto a todo el equipo del club Horizonte se trasladó a Atlantic Sportsmen y a partir de los 10 años Aníbal Goñi comenzó una carrera competitiva. Pasaron los años y durante cinco torneos santafesinos quedó eliminado en la primera lucha. «Estaba bajo de peso y mi categoría era hasta 29 kilos y yo pesaba 26«, aclaró Aníbal.

Sin embargo, su hermano Andrés con muchas más condiciones y una carrera ascendente en los torneos locales siempre llegaba a la final o ganaba todos los torneos. Cuando llegó a cinturón naranja dejó judo al sentirse presionado por la competencia y el entrenamiento. Pero la vida continuó en base a constancia y voluntad e intentarlo una y otra vez en todos los ámbitos. Es así como Aníbal Goñi siguió adelante a pesar de no ganar durante los primeros años.

A lo largo de su carrera, Aníbal Goñi, compitió en cuatro torneos por año y en sus 30 años de deporte disputó unas 120 competencias de distintas jerarquías y niveles. Recién a los 13 años con cinturón verde fue a un campeonato nacional en el Cenard pero en la primera lucha quedó eliminado.

Dos años a después de clasificar para los nacionales pudo obtener el tercer puesto y su primera medalla nacional en categoría Cadetes, pero perdió la semifinal por una sanción. «Sentí que se me escapó y pensé que ese año podía ser el campeón», enfatizó el judoca.

Al siguiente torneo después del nacional ingresó al certamen «Centro de la República», en donde eliminó al campeón argentino y después perdió con otro oponente, hijo de su mismo profesor que lo conocía mucho.

Pasaron los años, y entre los 15 y 19 años Goñi seguía presentándose en los campeonatos santafesinos. Pero esta vez, la suerte comenzó a cambiar y sintió que estaba cerca, muy cerca de coronarse campeón santafesino y así logró su primer medalla de oro.

«A los 19 años saqué mi primera medalla plateada en un campeonato argentino en categoría Senior, la primera categoría olímpica (56 kg) y a partir de allí comencé a ocupar los primeros puestos pero nunca pude llegar a consagrarme campeón argentino. Tengo acumulados 7 subcampeonatos nacionales y 6 terceros puestos del mismo nivel pero nuca pude ser campeón», resaltó Anibal Goñi.

Se le hizo muy difícil obtener una medalla a nivel nacional con 66 kg por una cuestión de tamaño de los oponentes. Luego, entre los 20 y 30 años siguió entrenando todos los días con su maestro Miguel Angel Russo pero con el tiempo decidió ingresar al Club Náutico Sportivo Avellaneda en donde quedó a las órdenes de su nuevo entrenador, Gastón García, único judoca argentino que participó en cuatro juegos olímpicos.

«Pasé del estilo técnico al estilo táctico, fisico y más competitivo», continuó Goñi. «Pero ya no como tiempos anteriores. Estudié y pude obtener una beca del Conicet para seguir el doctorado que terminé a los 34 años por eso nunca dejé de entrenar».

«Quiero agradecer y compartir esta medalla de oro con Sebastián Alcuati y Martín Ríos, ambos participaron de los Juegos Olímpicos de Siney 2000, técnicos santafesinos y entrenadores del seleccionado de Rosario», manifestó.

Fueron pasando los años y llegó el día en que sus amigos y familiares más cercanos lo siguieron alentando para ingresar a la categoría Veteranos M3, y una vez más lo intentó. Así fue como Goñi llegó a la tan preciada medalla de oro.

Toda una vida de constancia, esfuerzo y perseverancia fueron la base para lograrlo. Además del cimiento indeclinable de quien lo alentó y lo siguió desde muy niño con su presencia en todas las etapas de su vida, su papá Carlos. Él, también se sumó a esta alegría y le entregó las dos medallas de oro a modo de un bien merecido homenaje frente a las cámaras de Conclusión Tv.

El judoca hoy es el campeón Panamericano y Sudamericano de la categoría Veteranos M3.