Por Pablo Martínez

Un desastre. Seguramente esa habrá sido la exclamación de los hinchas Canallas, tras la goleada que sufrió Central ante un débil Arsenal. La preocupación se potencia, el once Auriazul deambuló por el viaducto y no hay reacción.

Es evidente que la solución no está a la vista ni en lo inmediato, el cambio de nombres en la dirección técnica, más allá de que Chamot sea interino, no surtió efecto en un plantel que transita el final de un campeonato para el olvido, sin rumbo.

Si bien el Canalla, tuvo un inicio de partido interesante de mitad de cancha para adelante, la defensa se siguió mostrando con flaquezas irremediables como en partidos anteriores. Una llamativa ausencia en la zona de volantes a la hora de contener, donde González no cumplía su función y tampoco tenía colaboración de sus otros compañeros del sector.

Y los cuatro del fondo, repitieron errores habituales, desubicados en cada centro del rival y el arquero Ledesma, inseguro, entrando en el nerviosismo de un sector que da pocas garantías.

El equipo de Arroyito también se nota decaído anímicamente, se acostumbró perder y Chamot no pudo cambiar siquiera la mentalidad, de un equipo que necesita otra impronta, pero que debe ser urgente.

El ciclo de la mayoría de los futbolistas del plantel Auriazul, está cumplido, la comisión directiva tendrá que agudizar el ingenio, para reforzarse con mejores jugadores que en los últimos mercados de pases, porque los números empiezan a preocupar en la tabla de promedios, de cara a la próxima temporada.