A una década del matrimonio igualitario en la Argentina, ningún actor importante de la sociedad se queda afuera de seguir dando este debate, mucho menos si se trata de los dos clubes más grandes de la ciudad. Es que tanto Rosario Central como Newell’s Old Boys trabajan con sus oficinas del club en materia de género, así como lo cuentan sus encargados Leonardo Campos por el lado canalla y Franco Magnano por el leproso.

Magnano, titular de la secretaría de Diversidad y Género y presidente también del departamento de futsal leproso, contó a Conclusión lo que representa este día especial: «Tanto para nosotros como para toda la sociedad está bueno que se reconozcan derechos. Fue un avance social muy grande y a diez años nos sumamos a la celebración. Personalmente siempre que hablamos de esto, me acuerdo de los debates que se daban en su momento y ya quedaron atemporales, porque se planteaban cosas totalmente ilógicas e irracionales. Con el paso del tiempo el matrimonio igualitario se convirtió en una institución aceptada y normal dentro de nuestra sociedad. Sin dudas que el reconocimiento de estos derechos es ejemplar y marca las políticas que se llevaron adelante como país».

En la misma línea Campos, representante de la Subcomisión de Diversidad canalla, recordó que «es un día de memoria y emociones. Recuerdo las discusiones dadas hasta llegar a Diputados y al Senado de la Nación, donde nos tuvimos que enfrentar a un marco de violencia y discurso de odio. Fue prácticamente en soledad porque los partidos políticos eran muy pocos o estaban divididos a la hora de acompañar, algo similar a lo que ocurrió con el movimiento de mujeres. Recuerdo esa noche en la plaza estar muy emocionado, tenía 19 años y recién había salido del armario; en ese momento quedé paralizado aunque enfrente mío pasaron un montón de emociones que seguimos recordando junto a los compañeros».

—¿Cómo se abordan estos temas desde un club?

Magnano: —A nivel institucional no encontramos ninguna traba, al contrario, hoy en día el club está ordenado y cuando hablamos con Cristian D’Amico nos apoyó desde el primer momento. Lo que es el contacto con la gente del club se complica un poco porque al haber sido creada durante el aislamiento estuvimos con actividades reducidas. Dimos diferentes charlas a sectores del club como el plantel de fútbol femenino, la reserva de fútbol masculino y los planteles de futsal, tanto AFA como Rosarina; la recepción fue excelente, se dio un ida y vuelta muy nutritivo. Se nota el apoyo de los socios también por las redes sociales, sus ganas de participar, lamentablemente por la pandemia son todas virtuales pero eso ya cambiará.

Campos: —Desde Central venimos abordando el tema con mucha responsabilidad y cuidado desde hace un año y medio, ya que la secretaría de género como espacio se crea a fines de 2018. Es algo muy reciente, así que estamos trabajando en el interior del club con muchos talleres y capacitaciones que venimos desarrollando tanto para hablar de la violencia de género como el respeto a la diversidad sexual. Quizás el mayor logro que hemos tenido es la creación y elaboración del protocolo de actuación ante situaciones de violencia, que si bien algunos clubes ya lo tenían, el nuestro incorpora como algo inédito la defensa de los socios que sean del colectivo LGBT, ante situaciones de violencia por orientación sexual, identidad o expresión de género.

—¿Cómo es convivir dentro de un ambiente que muchas veces se dice «machista»?

M: —Después de un proceso de años pude contar abiertamente que soy gay, mis fantasmas pasaban por tener consecuencias dentro del día a día de Newell’s, porque tengo una vida activa dentro del club y tenía miedo que repercuta en mis actividades. Hasta pensé que no iba a poder estar más dentro del futsal, pero por lo menos en mi caso, no sufrí ningún hecho de violencia ni discriminación. Al contrario, siempre acciones de apoyo y felicitaciones por la valentía de haberlo contado. Seguramente que falta un montón para romper las cuestiones machistas dentro del mundo del fútbol, pero eso lo vamos a reducir hablando, teniendo charlas, contándolo. Si un jugador gay levanta esa bandera, seguramente salgan detrás muchos otros que todavía no se animan a hacerlo. Hablar es el camino para generar mayor diversidad y normalidad.

C: —La convivencia en el interior del club, en lo que respecta a lo institucional, con mucho respeto hacia lo que uno elige o es. A veces con algunas dificultades pero con mucha voluntad política de que se avancen en estos temas. Yo creo que lo más complicado que tiene que ver con el ámbito del fútbol como la cuna del patriarcado o machismo, poder romper todas esas barreras es un gran desafío que tenemos. No se trata solo de voluntad política, sino de empezar a construir con las y los socios otras formas de vincularse que no sea la violencia.

—¿Qué objetivos lograron como secretaría y qué falta alcanzar?

M: —Está el paso primordial que fue la creación misma de la secretaría, que eso te impulsa a seguir. Hicimos ciclos de charlas apuntando a diferentes sectores del club, pero también estamos trabajando con la Secretaría de Estado de Igualdad y Género de Santa Fe en conjunto con Central y la idea es que se sumen Colón y Unión, para hacer actividades conjuntas entre los clubes más importantes de la provincia. Para adelante la idea es capacitar a todos los sectores del club en materia de género, aplicar la Ley Micaela dentro del club, abordar problemáticas de violencia que puedan surgir y traer gente importante a dar charlas.

C: —Los desafíos que tenemos por delante están relacionados a lo que mencionaba antes, además de generar alguna instancia para hablar de diversidad sexual con la primera división del fútbol masculino, en la medida en que los referentes empiecen a acompañar estas ideas, luchas y momentos, seguramente también encontremos a jugadores que empiecen a manifestar su orientación sexual libremente y así naturalizar algo que sucede pero lamentablemente sigue muy invisibilizado.

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