Una nueva edición de la Feria Internacional del Libro Rosario (FILRos) tuvo su gran cierre anoche, cerrando cifras de más de 300 mil visitantes a lo largo de los once días de actividades en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa.

Esta edición del encuentro tuvo como eje ‘Lecturas del presente’, en referencia a la celebración por los 40 años de la recuperación de la democracia en la Argentina.

A diferencia de otras jornadas, el último día de feria comenzó con una programación matutina, con charlas y talleres en marcha en paralelo a las notas musicales de la Escuela Orquesta Barrio Ludueña y la Banda Infanto Juvenil “Villa Hortensia”, en la explanada del CCRF y con un repertorio alusivo a la conmemoración.

Al igual que en la mayoría de los días de feria, ayer la actividad predominante fueron las presentaciones de libros y en este caso puntualmente de narrativa, con la participación este sábado de la mexicana Ana Negri (nació en México durante el exilio de su madre y su padre en la última dictadura argentina, actualmente reside en nuestro país y en 2022 publicó su primera novela “Los Eufemismos”), la colombiana Margarita García Robayo y la argentina Raquel Tejerina (presentó su primera novela “La Stalker”, de la editorial Beatriz Viterbo).

Sonia Scarabelli introdujo la mesa en la cual Raquel dialogó con Dolores Reyes, con quien se conoció en el taller literario de Selva Almada. Una mesa distendida en donde primaron las risas pero también los silencios sororos en torno a la historia de Julia, el personaje principal de la novela. La charla culminó con la lectura de los dos primeros capítulos, que mantuvo al público en vilo.

El Auditorio Angélica Gorodischer cerró su programación con Dolores Reyes, quien presentó su última novela “Miseria”, que retoma la historia de su primer libro, “Cometierra”. Por primera vez en la Feria del Libro local y ante un atento auditorio, la escritora agradeció al público por hacerse presente y conversó junto a Carolina Rolle sobre la violencia, la desaparición de personas en democracia y los femicidios, temática que aparece en sus dos novelas: “Lo digo en el momento en que estamos buscando a tantas personas, desde Tehuel en Buenos Aires, hasta Cecilia en Chaco y tanta cantidad, siempre seguimos buscando y eso no cambió”.

La charla se centró en la historia de los personajes de los dos libros de la autora, poniéndolos en relación en todo momento con su contexto social y las problemáticas que se viven actualmente en el conurbano bonaerense, territorio donde transcurre la historia -aunque no lo limitó a este lugar-. “Yo pensaba en la apertura de Selva, en la fuerza del río, de traer el río que es una suerte de capital de la literatura argentina, es una zona tan fuerte a nivel literario. Y nosotros tenemos esto, un arroyo contaminado donde bebían la mayoría de los alumnos que venían a mis escuelas. Y no hay agua corriente, no hay gas, sólo hay la necesidad de muchísimas madres de criar a sus hijos y ver la posibilidad de algo mejor. Y ahí las vidas, que son después muertas y continúan violentadas. Aparecen sus cuerpos en el mismo distrito, o en el arroyo mismo”, lamentó la autora.

Esta vez en la voz de Dolores Reyes, el auditorio fue nuevamente el escenario donde se volvió a hablar del ecocidio que acontece en nuestros humedales y la crisis climática actual: “Quitarle el alma a los ríos, a la tierra. Este pensamiento hiperproductivista nos llevó a contaminar absolutamente todo, a que no nos importen los incendios, la vida de los animales, solo importamos nosotros. Me parece que la violencia hacia los cuerpos de las mujeres y hacia la tierra está absolutamente asociada. Utilizo la corporalidad y el territorio sólo para mi deseo, sólo para la producción, para mi rédito económico, lo veo parte de lo mismo”.

Un paraíso en el auditorio Angélica Gorodischer

Cristian Alarcón sorprendió al público con una performance basada en su último libro “Tercer Paraíso”, premio Alfaguara de novela 2022, que realizó junto a la cantante La Negra Sound. Con una presentación sonora y visual, le pusieron voz a los narradores de la historia a través de canciones y lecturas performáticas que culminaron con un baile descontracturado en el escenario.

A continuación, fue el turno de la presentación más “tradicional”, a partir de un diálogo del autor con Lila Siegrist y Silvina Tamous. El escritor y periodista chileno habló de su última novela, que escribió durante la pandemia por covid. Para Alarcón, a partir de la pandemia “aprendimos a refugiarnos en los afectos cada vez más. Nos dejó una hipersensibilidad amorosa y afectiva que hace que editemos mejor nuestros vínculos. No somos amigos de todos los que éramos amigos, no nos llevamos bien con todos los parientes como era antes, pero cuando estamos, estamos presentes. Así que celebro el encuentro de esta tarde”.

También habló en primera persona sobre el oficio de escribir: “Yo me siento muy afortunado de haber transitado el periodismo como un arte. De haber tenido a los maestros que me enseñaron en aquel momento que cuando estaba haciendo periodismo, estaba haciendo arte, porque lo relacionaron con la poesía, con el lenguaje desde una búsqueda insaciable de originalidad”.

Alarcón contó lo que significó el premio Alfaguara en su carrera, que trajo consigo una intensa gira internacional durante 2022. Aprovechó el pie de Lila Siegrist para anunciar su próximo proyecto: una performance en la que uno de sus poemas se transforma en una investigación sobre cómo se construyen las masculinidades y el efecto que causó en él una inyección de testosterona cuando era menor y las contradicciones que le provocó.

FILRos en números

Este año se realizó una encuesta sobre el perfil de los asistentes a la Feria Internacional del Libro de Rosario 2023. En total, se llevaron a cabo 530 encuestas durante los 11 días que estuvo abierta. Un número relevante de muestras tomando en cuenta no sólo que es la primera vez que se realiza un estudio de este tipo para una Feria del Libro en Rosario, sino también comparando un estudio similar realizado en el 2019, en la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, con 2.272 encuestados sobre un total de 1.180.000 personas.

El estudio, a cargo del equipo de Indicadores de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario, tuvo como objetivo indagar en la experiencia en la Feria, el perfil de las personas que la visitaron y sus consumos culturales.

Dentro de los datos relevantes se puede destacar que del total de personas encuestadas hasta el cierre, el 61.1% ya había ido a la feria y el 38.9% concurría por primera vez. Por otra parte, un 34.7% planeaba ir 2 veces, un 33.6% planeaba ir sólo una vez, el 19.4% tenía planes de ir tres o más veces y finalmente un 12.2% no había definido cuántas veces iría.

Respecto de la compra de libros, un 46.6% respondió que había comprado, un 32.2% todavía no pero planeaba hacerlo y finalmente un 21.2% respondió que no.

Se le consultó a los/as encuestados/as qué solían leer y el 55% respondió que leía libros y que en un 80% lo hacen por entretenimiento, mientras que un 26% por estudio.

Respecto del soporte de lectura elegido, un 77% eligió papel, pero también se registró que un 46% también lee en formato digital. Un 46.3% leyó entre dos y cinco libros en lo que va del año, mientras que el 16% leyó más de diez. Por su parte, hubo un 14.3% de personas que leyeron sólo un libro, un 12.3% que leyeron entre seis y 10 y un 11% que no leyó ninguno.

Ecos difíciles de borrar

La FILRos 2023 tuvo una programación de 11 días donde pasaron autores y autoras de todas las latitudes, charlas, encuentros, lecturas especiales, poesía, libros, palabras y abrazos.

El broche de oro lo puso el estreno de “El Gran Circo Argentino”, obra del Programa Municipal de Teatro Norberto Campos que se queda en La Comedia durante todo el mes de agosto.

Ya apagadas las luces del Centro Cultural Roberto Fontanarrosa seguirán resonando las palabras de Selva Almada en la apertura de esta edición: «¿No sería más interesante pensar la literatura argentina como un gran río? Alimentándose de afluentes, derramándose en otros, sedimentado por voces y escrituras de distintas partes del mapa, con pequeñas islas y bancos que van mutando, y también orillas por supuesto. Tal vez ahí esté la auténtica periferia, en la escritura orillera de borde y desborde».