La secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti, y la asesora Cecilia Nicolini, se refirieron este martes al anuncio del presidente Alberto Fernández sobre la adquisición de la vacuna rusa Sputnik V contra el coronavirus, y afirmaron que «Argentina y el mundo» están firmando contratos para asegurarse su provisión antes de que se conozcan los resultados de la Fase 3 de ensayos clínicos y que su aplicación en el país será gratuita y enfocada primero a los grupos de riesgo.

Las funcionarias, que integraron la delegación argentina que visitó Rusia para interiorizase sobre las alternativas de la producción de esa vacuna, coincidieron en destacar que la posibilidad de contar con millones de dosis hacia fines de diciembre fue uno de los puntos centrales que diferenció la oferta de Moscú de la de otros emprendimientos, en entrevistas esta mañana a medios de comunicación.

«Esto viene a partir de un ofrecimiento directo a nuestro gobierno para contar en diciembre y en enero con una cantidad de dosis muy interesante», dijo Nicolini, quién además anunció que la aplicación será «de acceso gratuito para toda la población» y que la distribución «va a ser equitativa, con una visión federal» que priorice «a los grupos de riesgo, al personal sanitario y a las fuerzas de seguridad».

Vizzotti, por su parte, explicó que Argentina recibió ofertas de diversos laboratorios y que la realizada por las autoridades rusas aseguraba la provisión de una cantidad alta de dosis hacia fin de año, lo que permitiría seguir una «estrategia de vacunación».

La funcionaria sostuvo que ninguna de las vacunas que se encuentran en fase tres fue aprobada por alguna entidad regulatoria del mundo y desmintió que Rusia haya realizado una vacunación masiva de su población.

«Lo que hizo Rusia, con toda la información de fase 1 y 2, y con la información de la plataforma de desarrollo de vacunas -ellos tienen antecedentes de haber desarrollado vacunas contra el MERS y el Ebola- teniendo en cuenta que el comité asesor determinó que era confiable, es hacer un registro provisorio y de emergencia y vacunar a un grupo voluntario de personal de salud y docentes», dijo la secretaria de Acceso a la Salud.

En ese sentido, explicó que al igual que las otras vacunas, la creada por Moscú deberá pasar por todos los requisitos habituales para los medicamentos.

«Lo que necesitamos responder con la fase 3 es la efectividad de la vacuna, la eficacia. Cuando se compare el grupo que se vacunó versus el que no se vacunó se sabrá si realmente, más allá de ser segura y de generar anticuerpos, si esos anticuerpos previenen la enfermedad. Esa es la respuesta que se necesita para determinar si se puede registrar», indicó.

Vizzotti señaló también que se trata de una vacuna que es «muy sencilla de producir», lo que facilita la producción en masa, y que es más fácil de mantener ya que su conservación es a -18 grados.

«La conservación es de -18 grados que es mucho más sencillo que -70 (que necesitan otros desarrollos). La Sabín, por ejemplo, se almacenaba en -20», agregó.

Asimismo, señaló que los precios «de las vacunas que nos han ofertado están entre 5 y 10 dólares por dosis», pero se debe evaluar el costo de mantenimiento y distribución.

En ese sentido, Vizzotti explicó que la situación actual lleva a todos los gobiernos a tener que tomar una decisión «a riesgo compartido» con los laboratorios para asegurarse el stock de la vacuna antes de los análisis que demuestren su efectividad.