En el muelle de Vancouver una familia realizaba una visita por el lugar que pudo terminar en tragedia. Allí, un lobo marino tomó con su hocico al vestido de una niña y la arrastró hacia el agua.

La nena cayó al mar mientras un curioso grababa la escena. Segundos después de la caída de la menor, su padre se arrojó al agua salvando a su hija, que no sufrió de ningún daño físico.

La menor fue arrastrada por el animal debido a que estaba siendo alimentado por la familia, cosa que está prohibido en el lugar. Por ende, el lobo marino intentó hacerse de la comida y terminó llevándose consigo a la niña.

«Es un incidente desafortunado, en primer lugar espero que la niña esté bien, hemos estado tratando de transmitir el mensaje de no alimentar a los animales durante años», indicó Bob Baziuk, gerente general de la Autoridad Portuaria.