Un cóndor andino que fue encontrado en mayo pasado en Salta, sin poder volar y con signos de envenenamiento, fue liberado en la ciudad salteña de Cafayate, durante una ceremonia ancestral a cargo de la comunidad originaria de El Divisadero, tras haber sido curado en el Ecoparque porteño.

El animal fue rescatado por guardaparques y tras ser curado viajó ayer de regreso a Salta en un avión de Aerolíneas Argentinas para convertirse en el octavo ejemplar rescatado y liberado en esa provincia desde 2006.

El joven cóndor macho, llamado Qhawaq -que significa «el que observa»-, fue encontrado por una familia, sin poder volar, a orillas de un río en la zona de El Divisadero.

A partir de allí, tomaron intervención los guardaparques de Cafayate, personal de la Estación de Fauna Autóctona del Programa Biodiversidad de la Secretaría de Ambiente provincial y la Policía Ambiental de Salta, quienes trasladaron al ejemplar hasta una estación en la que se le realizaron primeros auxilios», informó la cartera de Ambiente nacional.

Cuando fue rescatado, Qhawac presentaba un cuadro de posible envenenamiento. La principal señal era el color amarillo en sus ojos.

Una vez estabilizado, el ave fue derivado al Ecoparque de Buenos Aires. Allí fue rehabilitado y ahora liberado dentro del Programa de Binacional de Conservación de Cóndor Andino, que ya reintrodujo 167 cóndores en todo Suramérica.

En Argentina, el cóndor habita en dormideros ubicados en riscos altos a lo largo de la Cordillera y en la Puna y es el ave voladora más grande del mundo, con alas superiores a los tres metros y adultos que llegan a medir hasta 1.30 metros de altura; los machos llegan a pesar 12 kilos y las hembra 10.

Los ejemplares de esta especie eligen una pareja y permanecen con ella de por vida y , después de 60 días de incubación compartida, nace el pichón, que es alimentado por ambos padres con carne regurgitada.

A los seis meses, la cría ya intenta volar en el área inmediata a su lugar de nacimiento, y a los nueve meses ya está listo para acompañar a sus padres en sus vuelos.

El cóndor es un animal carroñero que previene la formación de focos de infección; además, es de gran importancia en las culturas andinas, para las cuales se trata de un símbolo sagrado. Los problemas de conservación de esta especie están ligados a la actividad humana.