Como todos los 29 de abril, este viernes se conmemora el Día del Animal en Argentina y es una particularidad, ya que, en el resto del mundo, la fecha de esta celebridad es el día 4 de octubre.

En nuestro país la fecha es un homenaje a Ignacio Albarracín, un abogado que fue el gran pionero en la lucha por los derechos de los animales.

Albarracín nació el 31 de julio de 1850 en Córdoba, pero algunos documentos aseguran que fue en San Juan, provincia que adoptó por crianza y en la que se refugiaba por su padre por razones políticas, el coronel Santiago Albarracín, oriundo de esa tierra y reconocido militar destacado en las guerras civiles argentinas.

Luego de obtener su título de grado, decidió dedicar su vida a la defensa de los animales. Opinaba que, aunque estos tuvieran un nivel de raciocinio inferior respecto del hombre, no se debía martirizarlos ni castigarlos.

 

 

Fue secretario de la Sociedad Argentina Protectora de los Animales desde su inicio (1879) y sucedió a Domingo Faustino Sarmiento en su presidencia, en el año 1885. Desde allí fue un precursor en la lucha contra las riñas de gallos, la doma de potros, las corridas de toros y el tiro a la paloma.

De hecho, fue el mayor impulsor de la Ley Nacional de Protección de Animales (Ley 2786/1891 – Prohibición de malos tratos a animales), que se promulgó el 25 de julio de 1891. Este desarrollo que encabezó Albarracín fue la base legal que incorporaron la Liga Internacional de los Derechos del Animal (1977) y la ONU.

 

Albarracín fue apodado “el loco” por su tenaz defensa de los animales. Él quería firmemente que en Argentina se celebre un día para hablar de todos los animales. Con este objetivo, elevó una propuesta que fue aceptada por su director, Clemente Onelli, quien le ofreció que se festeje durante la primera semana de la primavera, en el jardín zoológico de la ciudad. Esta idea le había parecido bien, ya sería algo diferente a otros festejos y le parecía buena idea que se llevase a cabo en un ambiente de animales de importancia como lo era en ese entonces.

Pero días después, Albarracín desistió de esa idea, porque no quería que la fecha elegida para celebrar a los animales fuera entrado el otoño debido al frío. Así que modificaron la fecha para el miércoles 29 de abril.

Pero la lluvia que inundó Buenos Aires en ese día, hizo que se postergara para al sábado 2 de mayo. Así, se celebró la primera Fiesta del Animal. El diario La Nación, que cubrió el evento, escribió que asistieron 15 mil niños y La Argentina estimó que participaron 13 mil niños y 8 mil adultos.

Tras ese memorable festejo, «el loco de los animales» pidió que cada 29 de abril se celebrara la existencia de los animales en nuestro planeta y que en ese día los niños les escribieran poemas.

Casualmente, Ignacio Albarracín murió el 29 de abril de 1926 de un paro cardíaco. Después de su muerte, la decisión final fue hacer inmortal la fecha, sin dejar de recordar sus incansables esfuerzos.

 

A contrapartida, en otros países el Día Mundial de los Animales se celebra el 4 de octubre en conmemoración de San Francisco de Asís por iniciativa de la Organización Mundial de Protección Animal en un congreso celebrado en Viena. El objetivo principal era generar una solución al problema de las especies en peligro de extinción.

Alrededor del año 1200, cuando San francisco de Asís era aún un jovencito, dijo: «Debemos comprender cuál es nuestro lugar en la Tierra, ya que el bienestar de nosotros está integrado al bienestar de todos los animales y el medio ambiente«.