Una situación catastrófica sucede desde hace más de dos meses en 10 países de la zona identificada como el Cuerno de África y del sector del Golfo Arábigo, que no se trata precisamente del coronavirus.

Sin que la pandemia que inunda medios de comunicación haya producido zozobras en esa región del mundo, otra crisis, originada en este caso por una impresionante plaga de langostas, azota el lugar.

Según la investigación de Enzo Campetella y de Úrsula Pamela García, factores como los extremos climáticos han ayudado a generar esta plaga de características bíblicas”.

Gigantescas mangas de langostas destruyen cultivos impiadosamente, debido a que según explicaron “con temperaturas cada vez más altas se crearon condiciones para que las langostas se reproduzcan en el desierto extremadamente árido del Golfo Arábigo. Las mangas de insectos luego avanzaron también hacia Yemen, país devastado por una brutal guerra civil y sin ninguna posibilidad de controlarlas”.

“En 2018 el ciclón Mekunu aportó cantidades inusuales de humedad a algunas zonas, ayudando a varias generaciones de langostas originarias del desierto a avanzar hacia zonas arenosas ahora más húmedas. Según Keith Cressman, experto en predicción de langostas de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), estas condiciones fomentaron enjambres enormes que devoran superficies gigantes de cultivos en algunos países como Etiopía, Somalia y Kenia.