Agentes Rurales encontraron 87 perros y gatos muertos en una zona Salionç de Tossa de Mar, Girona, España. El hallazgo se produjo en la casa de la madre de una veterinaria de Vidreres que fue expulsada del colegio por mala praxis.

Los agentes efectuaban un recorrido a pie por la zona a mediados de enero y debido a un fuerte mal olor detectaron una acumulación de bolsas de diferentes medidas, cada una de las cuales contenía un animal, mayoritariamente perros.

En un primer momento se llevó a cabo un rastreo superficial de la zona con un lector de microchips y se obtuvieron tres lecturas, que permitieron localizar a dos dueños de perros. Estos manifestaron que habían llevado a su perro enfermo a una veterinaria y que una vez el perro falleció ella misma se hizo cargo de la gestión del cadáver.

En total se identificaron 87 cadáveres, la mayoría de perros de todo tipo de razas, de los que 19 llevaban microchip identificativo. Los agentes investigaron a quién pertenecía el terreno y descubrieron que el depósito de cadáveres estaba en la parte posterior de un chalet propiedad de la madre de la veterinaria.

Se trata de una mujer la que el Colegio de Veterinarios inhabilitó en 2012 a raíz de la gran cantidad de denuncias que tenía por mala praxis.

A pesar de la medida adoptada por el colegio, la mujer continuó ejerciendo, yendo a casas particulares, e incluso tiene una tienda de animales. El pasado mes de octubre un juez la condenó por ejercer mientras estaba inhabilitada.