La salamandra gigante china, también llamada Andrias Davidianus, es el mayor anfibio del mundo y se encuentra hoy en riesgo de extinción, según un estudio publicado este lunes en la revista Current Biology.

La caza furtiva de este animal, que puede pesar hasta 45 kilos, para transformarlo en comida de lujo es la principal razón por la que se encuentra en peligro crítico de desaparecer. Pero también la cría y la liberación de las salamandras en la naturaleza para conservarlas las está perjudicando, ya que no se toman en cuenta sus diferencias genéticas.

«La sobreexplotación de estos increíbles animales para el consumo humano ha tenido un efecto catastrófico en su número [de ejemplares] en la naturaleza en un lapso de tiempo sorprendentemente corto», ha indicado Samuel Turvey, de la Sociedad Zoológica de Londres y uno de los investigadores del estudio. «A menos que se pongan en práctica medidas de conservación coordinadas de manera urgente, el futuro del anfibio más grande del mundo está en grave peligro», ha alertado.

Entre 2013 y 2016, los científicos llevaron a cabo 2.872 entrevistas y varios estudios de campo en China, sobre todo cerca de ríos, el hábitat predilecto de este anfibio. Según la revista Current Biology, la investigación representa «probablemente una de las más grandes que se ha hecho en China sobre la vida silvestre».

Los resultados del estudio fueron contundentes: no existe solo una especie de salamandra gigante, sino al menos cinco. Y como se desconocía este detalle científico, los esfuerzos de conservación no tomaron en cuenta las diferencias de los animales, lo que resultó en una «homogeneización genética de la especie».

«No nos sorprendió descubrir más de una especie, como sugirió un estudio anterior, pero el grado de diversidad —tal vez hasta ocho especies— descubierto por los análisis nos dejó sorprendidos», ha dicho Jing Che, del Instituto Kunming de Zoología de la Academia China de Ciencias. El estudio lamenta que se reintroduzcan en la naturaleza modelos «híbridos» aunque sea parte de políticas de conservación bien intencionadas.

Los descubrimientos destacan la importancia de las evaluaciones genéticas para identificar correctamente a las salamandras y sugieren que la cría y liberación de salamandras gigantes de nuevo en la naturaleza sin tener en cuenta sus diferencias genéticas está poniendo el futuro de las salamandras, ya difícil por la caza furtiva, en mayor riesgo aún.