Si bien hay una creencia de que ciertas razas de canes pueden ser peligrosas, e incluso algunas legislaciones avalan este tema en diversos países, hay que conocer que -lo más probable- es que los perros pueden volverse agresivos a causa del comportamiento de sus dueños.

Salvo excepciones que siempre confirman la regla, la ciencia parece confirmar cada vez más que no hay razas perrunas que presenten una mayor tendencia a comportamientos violentos.

Entonces si el animal se comporta de manera agresiva, lo primero que hay que analizar es qué parte de culpa tiene el dueño. Partamos de la base de que cualquier can que sea tratado con violencia puede comenzar a desarrollar comportamientos similares.

En un estudio que se publicó en la revista Applied Animal Behaviour Science, se señala por ejemplo que los perros pueden volverse agresivos si son entrenados con métodos que incluyen el castigo o el refuerzo negativo.

Por otra parte, una investigación llevada a cabo en la Universidad de Florida destaca que a pesar de que no todas las razas se comportan de la misma manera, atribuir agresividad a algunas de ellas es poco concluyente. Y esto va más allá de que el tamaño del peludo sí influye en el daño que puede causar si ataca a personas o animales.

La agresividad en los canes también puede deberse al trato cotidiano que se les otorga. Entre otras cosas que no se les preste la debida atención, una escasa socialización y educación o que no realice la suficiente actividad física.