Aunque resulte extraño, ya existe la carne cultivada en laboratorios que se perfila como una alternativa más ecológica, más respetuosa con los animales, con sentido económico y con implicaciones positivas para la salud pública. La primera hamburguesa con estas características fue presentada en el 2013 en Londres y fue elaborada a partir de 10.000 tiras de músculo, cada una cultivada individualmente por la compañía Mosa Meat, en la Universidad de Maastricht, en Holanda.

“En realidad, a nadie le gusta matar animales, solo a un par de fanáticos. La magia de la carne es la esencia del porqué las alternativas de la propia carne no se ponen de moda. Lo que se necesita para reemplazar la carne en nuestra mente, es la carne. Nosotros ejecutamos el mismo proceso en un animal cuando se hace la carne, solo que lo hacemos fuera del animal”, dice Peter Verstrate, CEO de Mosa Meat. El experto afirma que una vez que este método sea asequible, no habrá ninguna razón para argumentar en su contra, “simplemente cumple con todos los requisitos”, puntualizó.

La mayoría de los socios de empresas como Mosa Meat participan en este tipo de proyectos con la intención de contrarrestar los crueles métodos de cultivo y para poner fin a la matanza de animales. Esto también incluye la sostenibilidad y, más específicamente, la contribución para reducir el calentamiento global y el cambio climático como factores fundamentales.

Por ejemplo, una vaca libera 100 kilogramos de metano al año y el mundo dispone de unas 1.000 millones de vacas, que se crían únicamente con objetivos alimenticios. Mientras eso ocurre, alimentar al ganado destruye los bosques, ya que se utiliza la tierra para el pastoreo o para alimentar.

Los expertos defienden la tesis de cultivar carne en un laboratorio diciendo que, al hacerlo de esta forma, se reduce la contaminación, y no se requiere el uso de antibióticos, lo que representa un cambio de paradigma que podría ayudar a frenar los problemas de salud derivados de las súper bacterias.

En los términos de llevar hamburguesas cultivadas de laboratorio a las grandes masas de consumidores, Verstrate describe la empanada de Mosa Meat de 2013 como un prototipo, en lugar de un producto terminado. “Tenemos que seguir trabajando en algunos aspectos del producto: en la creación del tejido graso, en el color, en los alimentos que le damos a las células, etc.”

Pasará otro año y medio, según predice, hasta que se pueda disfrutar de una genuina hamburguesa Mosa Meat.