Argentina se está consolidando como un destino predilecto para los amantes de la observación de aves, una actividad que no solo permite conectar con la naturaleza, sino que también tiene impactos positivos en la concientización ambiental, las economías locales y el mercado turístico. Entre los diversos destinos que el país ofrece para esta práctica, los Esteros del Iberá en la provincia de Corrientes se erigen como una auténtica «meca» para el avistamiento de aves.

Con más de 1,000 especies de aves que llaman hogar a la diversidad geográfica de Argentina, este país se ha convertido en un paraíso para los entusiastas de la ornitología, conocidos como «pajareadores». El clima variado de la nación permite la práctica del «pajareo» durante todo el año, lo que añade atractivo a la experiencia.

El biólogo Horacio Matarasso, presidente del Comité Internacional de la Feria de Aves de Sudamérica y vicepresidente de la Asociación de Guías de Aves Argentina, revela que alrededor de 50,000 observadores de aves ingresan a Argentina anualmente, con un gasto promedio de 7,000 dólares por persona. Este fenómeno no solo está impulsando el turismo, sino que también está contribuyendo al crecimiento económico y a la concientización ambiental.

Hasta hace poco, Argentina no estaba en el circuito de avistamiento de aves, con europeos y norteamericanos preferentemente eligiendo destinos en África, Asia y Centroamérica. Sin embargo, recientemente, turistas de países anglosajones y asiáticos están descubriendo las maravillas avícolas de Argentina, impulsados en parte por las redes sociales y el mercado de cruceros.

Foto: © Stephan Lorenz eBird S38318368

Cuatro circuitos destacan en la oferta argentina para observadores de aves. Los Esteros del Iberá en Corrientes, el delta del Paraná y Buenos Aires, la región de Los Lagos en la Patagonia y las provincias de Salta, Jujuy y Tucumán ofrecen a los «pajareadores» la oportunidad de explorar diversas regiones biogeográficas y sumergirse en la majestuosidad de las aves.

Los Esteros del Iberá, el segundo humedal más grande del mundo, albergan más de 380 especies de aves en un área de 1,200,000 hectáreas protegidas. Matarasso destaca la apertura de nuevos portales en pueblos cercanos, cada uno ofreciendo atracciones distintas y brindando a los observadores la posibilidad de explorar cuatro regiones megadiversas de Argentina.