El Reino Unido enfrenta una crisis de enfermedad en mascotas, con tres nuevos casos que se han presentado de la mortal Alabama Rot en días recientes.

Los preocupantes nuevos casos se han encontrado en Devon y Cumbria, y lo más preocupante es que éstas áreas jamás antes habían dado alerta de focos de ésta enfermedad y no se sabe cómo llegó a estar “disponible” para contagiar los animales.

Alabama Rot es una enfermedad mortal para los perros y apareció por primera vez en los año 80 afectando galgos en América, antes de extenderse a otras partes del mundo, justamente porque los tutores y sus animales viajan libremente por cualquier parte, sin siquiera saber que pueden llevar consigo la bacteria que lo provoca y así, infectar poblaciones que pueden estar distantes miles de kilómetros una de otra.

Antecedentes

Esa enfermedad apareció por primera vez a finales de 1980 en Estados Unidos y llegó a Inglaterra y Gales hace unos tres años. Alabama Rot puede ser mortal, va descomponiendo literalmente la carne de los animales, de forma paulatina, y además puede provocar úlceras e insuficiencia renal.

Un artículo publicado por veterinarios de la Universidad de Edimburgo confirmó tres casos de la enfermedad en los últimos 12 meses, cada uno procedente de distintas zonas de la nación. En todo el Reino Unido se han contabilizado un total de 78 casos desde 2012. Se ha encontrado en 27 condados desde 2012.

“La causa de Alabama Rot, clínicamente conocido como idiopática cutánea y renal glomerular vasculopatía (CRGV), aún se desconoce y no se conoce ninguna forma de prevenir el contagio”, dijo el especialista David Walker.

Los principales síntomas son inflamación, enrojecimiento, llagas, hinchazón, moretones y úlceras. Estos por lo general afectan a los pies y las extremidades inferiores, pero puede afectar también a la cara y boca.

Por su parte, David Walker, de Anderson Moores Especialistas Veterinarios y expertos en la condición, dijo: “La causa de la descomposición que produce Alabama Rot todavía es desconocida y tristemente no hay forma conocida de evitar que un perro contraiga la enfermedad más que el cuidado por donde los animales circulan, que no sea ambientes extraños y a veces ni siquiera eso evita el contagio porque la bacteria circula en el aire“.

Sintomatología

Entre los síntomas más comunes de la enfermedad pueden citarse las lesiones cutáneas, úlceras, llagas o marcas de mordeduras, letargo o una pérdida de energía, pérdida de apetito y una renuencia a comer, la ictericia, como un cambio de color en los ojos de su perro, las encías o nariz. Vómitos o náuseas se han observado en algunos casos en etapas posteriores de la enfermedad.

Con respecto a la insuficiencia renal, se produce en una minoría de casos. Sin embargo, si se produce, por lo general resulta fatal.

Para estar atentos

El Dr. Huw Stacey, director de servicios clínicos de Vets4Pets, describió los síntomas que los dueños de perros deben tener en cuenta.

Al respecto señaló que “la primera señal que normalmente se ve es una llaga en la piel que no es causada por una lesión conocida. Es decir, el perro no se lastimó con nada, no se quemó con nada y aun así, tiene una lesión. Más comúnmente estas llagas se encuentran debajo del codo o la rodilla y aparecen como una hinchazón distinta, un parche de piel roja o están abiertas o como una úlcera, pero también se han visto úlceras en el hocico, la cabeza y el cuello”.

Si bien no se conoce la causa exacta, se ha descartado que el origen tenga que ver con alimentos en mal estado o contaminados, como también se descartó que el agua en mal estado o de mala calidad sean factores para que los perros enfermen. Algunos expertos veterinarios teorizan que es un parásito y otros que es una enfermedad bacteriana. Se cree con mayor énfasis, que la Alabama Rot es causada por toxinas producidas por Escherichia coli.

Mayor cuidado

Debido a que la causa exacta no se ha encontrado, el desarrollo de una vacuna ha sido problemático, así como las medidas profilácticas, solamente apelando a tener el mayor cuidado posible con lo que ellos comen y donde van.

Una medida de higiene y prevención, es lavar muy bien los lugares donde ellos están, inclusive si son pisos de tierra o césped, lavar con antisépticos, cloro, creolina y cualquier antiséptico de amplio espectro que pueda ser diluido en agua para higienizar las zonas donde ellos están y siempre que ellos vuelvan “sucios” de los paseos, lavar con mucho cuidado sus patas hasta quitar todo resto de barro o suciedad que tengan.