En los últimos meses y bajo una crisis que ahoga cada vez más a los trabajadores, los hábitos de consumo se han visto modificados de manera notable, a partir de un modelo económico que licuó salarios y jubilaciones, situación que llevó a las personas a tener que dejar de consumir ciertos productos, muchos de ellos incluidos en la canasta básica.

En este contexto asfixiante, llega una nueva entrega de Consumidores en Acción, inaugurando el tercer año consecutivo de un ciclo que intenta cercarle a la ciudadanía herramientas en torno a los derechos de los consumidores.

En esta oportunidad, la doctora Valeria Vaccaro, vicepresidenta de la Unión de Usuarios y Consumidores profundizó sobre los cambios en los hábitos de consumo, los precios desorbitantes y las ofertas engañosas a las cuales se enfrentan las personas que hacen las compras a diario.

“Comenzamos el año de manera muy abrupta vinculadas al modelo económico que hoy estamos transitando, donde nos encontramos también con ciertas modificaciones normativas. Tenemos muchísimas consultas y también estamos viendo lo mal que la están pasando los consumidores y las consumidoras, sobre todo a la hora de ir a los supermercados o a los comercios en general”, enfatizó Vaccaro.

La recordada frase de Lita de Lázzari “camine, señora camine”, en la actualidad está más vigente que nunca. “Hoy por hoy, los consumidores hacen artilugios para poder acceder, por ejemplo, a los productos de la canasta básica, van cambiando esos hábitos de conducta, cómo vemos también algunas técnicas que son justamente consecuencias de las decisiones que se han tomado, particularmente en la derogación que fue la normativa que obligaba a los comercios, a los supermercados, a los establecimientos, a exhibir los precios”.

La forma de comprar, el producto, la calidad son algunos de los puntos que se modifican a diario en gran parte de la población. “Por ejemplo con los productos vinculados con la limpieza, muchos optan por comprar otra marca o cambiar, quizás ni les importa si la calidad es menor, van y optan por el de menor precio y no mejor calidad. Esto nos marca, algunas políticas que se toman en desmedro los consumidores, que por otro lado sacuden a esos consumidores, generándoles la acción, como llamamos en nuestro programa, de tomar medidas al respecto”.

“También he visto otras prácticas, ya no tan positivas, que son a los usuarios y a los consumidores con las calculadoras de los celulares dentro del supermercado. Esto también tiene que ver con otra cosa que podemos decir, que el consumidor ya no quiere endeudarse. Quienes adquieren productos de calidad, como es justamente la canasta básica, eso lo hacen a la medida en que puedan pagarlo, porque saben que se suma a un montón de otros gastos donde también hubo aumentos. La gente se lleva puntualmente lo que necesita”.

Para finalizar Vaccaro reflexionó acerca de la faltante de repelente y los «combos» de este producto asociados con huevos de pascuas. “Muchos supermercados encontraron como estrategia unir el repelente con huevos de pascua o bombones de chocolate, haciendo lo que en técnica de marketing se llama ventas atadas. Esto está totalmente prohibido en el Código Civil y Comercial, en la Ley de Defensa del Consumidor y en la Constitución. No puede un proveedor supeditar la compra de un producto, que además está en falta. Resultando más grave el incumplimiento, podríamos decir agravado, a otro producto para que se pueda concretar esa compra”, concluyó.