El 22 de marzo del 2014, Azcuénaga dejaría de ser ese barrio que sólo contemplaba el paso del tiempo y su transformación, para poner en agenda la justicia por mano propia.

Las crónicas dicen que David intentó arrebatarle la cartera a una joven mamá y que al emprender su huida, la misma se vería interrumpida por un vehículo que al parecer encerró a la moto. Isaías Ducca, el segundo integrante del hecho, pudo escapar de ese cuadro de situación, distinta fue la suerte de Moreira.

“Primeramente existió un silencio cómplice de la mayoría del barrio, entre aquellos que ocultaban información y los que directamente se negaban a declarar. Pero por suerte algunos se animaron a romper el cerco del miedo, y gracias a los testimonios y al rastreo de algunas evidencias hoy al menos tenemos tres imputados”, le dijo a Conclusión TV, Norberto Olivares abogado querellante.

La fiscalía caratuló el caso como homicidio en riña y no como homicidio agravado por ensañamiento y alevosía que es lo que alega la querella. “Si bien está determinada la participación de estos tres imputados, lo que no está determinado es quién le da el golpe de gracia y le origina su muerte. A David le rompieron la cabeza, lo patearon cobardemente hasta convulsionar y perder masa encefálica, tratar de buscar un solo culpable para que cargue con el crimen es algo imposible. Acá hubo complicidad colectiva, tanto en la acción como en el silencio”, concluyó.