La fiesta estaba preparada. Luego de una primera final electrizante donde los dos equipos buscaron la victoria en todo momento pero no pudieron sacarse ventajas, quedaba el partido de vuelta, la verdadera final. Todo estaba listo, un Monumental preparado para la ocasión, los equipos con sus mejores jugadores ya listos, un estadio colmado. Pero la fiesta se frustró.

El micro de Boca fue agredido cuando se dirigía al estadio y de allí en más todo se desvirtuó. La Policía lanzó gas pimienta, el que también ingresó al colectivo. Más se conocerían las heridas que sufrieron los futbolistas por los piedrazos al micro más las consecuencias de la sustancia arrojada por las fuerzas policiales.

Luego de varias postergaciones el partido se suspendió para el domingo. Pero el domingo tampoco se llevó a cabo. En tanto, este martes habrá una reunión entre los presidentes de los clubes y el titular de la Conmebol para determinar una nueva fecha. Aunque Boca realizó una presentación para denunciar los hechos de violencia que vivió el plantel.

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En Rosario los hinchas de River y Boca, pero también los aficionados al fútbol vivieron esta situación con tristeza y bronca. Y culparon a quienes debían garantizar la seguridad.

“Se arruinó un buen partido y un buen festejo para muchos. Es una lástimas porque era un lindo partido y se esperaba mucho”, comentó un hincha.

“Es una vergüenza, soy de Boca y me dio vergüenza. Para mi la culpa es de la seguridad, eso fue una entrega, ¿cómo va a haber tanta gente cuando pasaba el micro? En la cancha de Boca sacaron a toda la gente”, dijo otro, categórico.

En cuanto a la responsabilidad de los hechos la mayoría la atribuye a quienes debían organizar la seguridad. Otros también responsabilizan a los propios hinchas por su comportamiento violento.

“Dejó mucho que desear en cuanto a seguridad. No puede ser que no se pueda disputar un evento deportivo”, manifestó su indignación un hombre.

“Lo que me llama la atención es la violencia desmedida que se vive en la calle, en cualquier ámbito”, remarcó un chico.

“Por unos pocos inadpatados se pierde un espectáculo increíble que nunca había pasado, como lo es una final River-Boca”, señaló un hombre.