Todas las semanas se emite por el canal de Youtube de Conclusión un ciclo que buscará acercar la realidad, para poder interpelarla profundamente. Es por ello que Catalejo, a lo largo de treinta minutos, abordará diversos temas ligados a la actualidad, cultura, salud, política, opinión e investigación, tratando de amplificar en todos los casos, un imprescindible debate.

En este capítulo, Arístides y Bruno, integrantes de Narcóticos Anónimos de la ciudad de Rosario, compartieron su historia de vida junto al extenso y resiliente camino de superación. Un intercambio imprescindible en donde a corazón abierto, se expusieron luces y sombras que se desprenden de la problemática del consumo.

 

Narcóticos Anónimos nació en 1953 en la ciudad de Los Ángeles, California para luego expandirse a 140 países y en todas las lenguas de la especie humana. Este importante refugio que sirve de contención para muchos argentinos, desembarca en nuestro país en 1986, para hacerlo diez años después en Rosario.

Quienes participan de Narcóticos Anónimos dejan en claro que la adicción es una enfermedad incurable y progresiva que no tiene cura conocida, pero puede detenerse. El consumo es mundo de pérdidas constantes, las relaciones, el trabajo y los bienes materiales desaparecen a la par del respeto para con uno mismo. Otra de sus particularidades es que es una enfermedad obsesiva-compulsiva. Esto quiere decir que, al surgir el deseo de consumir, no se puede pensar en otra cosa que lograrlo, y lo compulsivo abraza la carencia de límite alguno.

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El programa de Narcóticos Anónimos es de 24 horas, su lema principal es “sólo por hoy”, hoy es el día que no me voy a drogar, ayer ya pasó, mañana aún no llegó. NA es de participación libre, el único requisito si se quiere es manifestar el deseo de dejar de consumir. Lo que se dice en las reuniones es confidencial, no se reproduce en ningún espacio y es absolutamente gratuito. Horizontal, confidencial, gratuito y de ayuda mutua. Así funciona NA, una puerta abierta para todos aquellos que pretendan dar un viraje en su vida.